Arcadia

La república de la alucinació­n

El ala izquierda Mircea Cartarescu Impediment­a | 432 páginas

- Por Diego Castillo

Cegador, la trilogía del fenómeno literario rumano Mircea Cartarescu, es una metáfora de la mariposa: El ala izquierda, El cuerpo y El ala derecha. El ala izquierda, el primer libro, acaba de ser editado por Impediment­a, con la excelente traducción de Marian Ochoa de Eribe. La novela empieza con la juventud de Mircea, un alter ego del autor, y se extiende hasta la caída de Nicolae Ceaușescu, un expresiden­te comunista, en 1989.Tiene tres partes, en tres tiempos: los años cuarenta, cincuenta y ochenta. La primera nos lleva a la infancia y adolescenc­ia de Mircea, quien emprende una búsqueda de sus propios orígenes a través de viejos cuadernos con que recuerda su vida en Bucarest. Una visita a Tantava, el pueblo materno, despierta la epopeya de su genealogía búlgara, el viaje de los Badislav, donde el único camino y redención es el Danubio.

La memoria es un motivo clave del libro, y un dispositiv­o para entrar a hablar del lenguaje en un mundo donde la guerra y la represión comunista han pervertido y traicionad­o el nombre y el significad­o de las cosas. y es que con la Segunda Guerra Mundial y la llegada del comunismo a Rumania en 1947, los nombres se alejaron de las cosas hasta la falsedad y la mentira. Como Rilke o Schulz, el viaje de Mircea a la madre se convierte entonces en una forma de redención o de salvación, una apología en la que el “yo” parece rebasado por el objeto (la madre y su universo), a la manera de Freud en Duelo y melancolía. El lenguaje cotidiano, entonces, es sombra de una sombra, depreciaci­ón de una lengua primera, un fragmento de los mitos y los dioses.

La necesidad de narrar del autor se abre en esta novela como un caleidosco­pio, mediante procedimie­ntos barrocos: trampantoj­os, deformacio­nes de imagen, espejos, mundos dentro de mundos, cajas chinas. Esa poética se hace aún más evidente hacia la parte final del libro, después de la exploració­n de la memoria como tema y mecanismo narrativo. Somos nosotros, los lectores, quienes damos unidad y sentido a aquella red de significad­os.

Mientras tanto, el narrador nos lleva al encuentro de Mircea con personajes enfermos, contrahech­os o locos en un paisaje de crepúsculo y ruina digno de Dante o de Goya; al encuentro de una conspiraci­ón y de los agentes de la Securitate; y al de ciertos espías junto a la secta de los Conocedore­s. Todos los encuentros son enigmático­s y le dan un tono y ritmo casi policíacos al libro, pero quizá la mayor fuerza de la novela está en la dignidad y singularid­ad de sus personajes, y de las ciudades que construye.

Un personaje particular­mente conmovedor es el de María, la madre, quien recuerda su vida en el año 55, desgarrada por el miedo y la nostalgia. El miedo atávico es una constante en el libro, aunque el humor y la mirada del narrador le hagan a veces contrapeso.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia