Señores Arcadia:
Las cifras citadas por ARCADIA en el artículo “¿Por qué en Colombia los escritores (casi) no venden?” de la pasada edición no fueron proporcionadas por el Cerlalc, sino tomadas de un informe elaborado por un tercero que citaba datos de un estudio del Centro de 2012. El Cerlalc se cuida mucho de hacer comparaciones entre las encuestas de comportamiento lector, ya que solo cuatro países de la región llevan a cabo encuestas dedicadas exclusivamente a la lectura, apoyadas o coordinadas por sus institutos nacionales de estadística, y con metodologías que ha asesorado el Centro. De ahí que elaborar rankings de lectura en la región no sea recomendable hasta tanto no se desarrolle una encuesta sincrónica en América Latina. Los ejercicios de comparación que el Cerlalc ha llevado a cabo corresponden a aspectos muy puntuales comunes a las encuestas, que resultan limitados debido a que cada una usa diseños muestrales distintos. En ese orden de ideas, tomando tan solo las variables y grupos etarios comparables (es decir, promedio de libros leídos por la población urbana mayor a 18 años), estos son los resultados de cuatro países: Chile (Encuesta de Comportamiento Lector, 2014. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes): 4,8 libros por habitante; Brasil (Retratos da Leitura, 2015. Instituto Pró-livro): 4,2 libros por habitante; Colombia (Encuesta Nacional de Lectura, 2017. Dane): 2,6 libros por habitante; México (Módulo sobre Lectura, 2015. Instituto Nacional de Estadística y Geografía): 1,6 libros por habitante. Un saludo muy cordial, Marianne Ponsford
Como lectora de ARCADIA, estoy en total desacuerdo con el señor Manuel José Bolívar y su carta de inconformidad publicada por ustedes en la edición pasada.alumnos de Estudios Literarios y yo hemos investigado, en mi clase de Edición y en publicaciones periódicas, el énfasis que han desarrollado las revistas especializadas en Colombia y el concepto de cultura que se colige de cada una de ellas. Encontramos que en los últimos años han empezado a salir del concepto elitista en que se encontraban inmersas muchas de ellas, lo que ha permitido que lectores específicos (porque seguimos perteneciendo a una élite aquellos que tenemos la oportunidad de acceder, por ejemplo, a ARCADIA) y algunos que no lo son, pero están interesados en las artes, podamos salir de la esfera y entender lo que pasa en los territorios, festivales locales y en otras manifestaciones de la cultura que van más allá de un arte especializado y de artistas en busca de reconocimiento. Es interesante el giro que ustedes han venido dando, mucho más abierto y crítico (especiales sobre la cultura política, el Festival Petronio, lo que pasa en Medellín), con artículos de profesionales que dan una mirada a la cultura “popular” más antropológica y diversa. (Les hace falta hacer una exploración de lo que está pasando en Bogotá, a propósito.) A pesar de acoger esa línea, y además de establecer debates sobre el descuido y desconocimiento de esos movimientos, han permanecido en la narración disciplinar de las letras: el cine, la literatura, el teatro y la música. Han logrado así articular una revista dialógica, polifónica, de las diferentes formas en que emerge la cultura. Las ediciones sobre un solo tema permiten adentrarnos en él desde diversas miradas, y profundizar. Además, los temas no son convencionales; ninguna otra revista los aborda porque en general no pertenecen a la moda cultural o a la élite artística. Sin embargo, esto no es solo un elogio de su nuevo perfil editorial.a pesar de los temas diversos, sí encuentro una especie de círculo cerrado y “selecto” entre las personas que escriben para la revista. Es importante también empezar a abrir el espacio a aquellos que no pertenecen a “la rosca” del periodismo y las artes, porque entonces son los mismos hablando de lo mismo y las mismas.
Me despido con posdata: es relevante que los lectores nos manifestemos sobre las columnas de opinión, pero exigir que los editores censuren o propongan los temas de las columnas, ejerciendo cierta presión para agradar a sus lectores, se sale de toda concepción de un periodismo responsable y de criterios editoriales éticos y comprometidos. (Lo anterior, referido a la solicitud que les hace el señor Bolívar frente a las columnas de Sanín, Caballero, Borda...). Muchas gracias por su atención. Un fuerte abrazo, Carolina Silva Lurduy