TORCER CUELLOS
TODAS LAS ANTOLOGÍAS tienen dos características: son necesarias e injustas, por partes iguales. Injustas, evidentemente, por los autores que quedan por fuera. Y necesarias porque son la oportunidad de ver, como desde la cima de un monte pequeño, el paisaje claro y con una distancia prudente para reconocer lo importante. Eso ha tratado de hacer la poeta Andrea Cote Botero con la antología Pájaros de sombra: diecisiete poetas colombianas. El libro forma parte de una serie que viene realizando la editorial Vaso Roto, con dos características: mujeres y diecisiete. Cote incluyó poetas nacidas entre 1964 y 1989, y eligió el título por la recurrencia de los pájaros en la obra de las poetas antologadas (los otros dos libros de la colección repiten la palabra sombra(s): Sombras di-versas: diecisiete poetas españolas,y Sombra roja: diecisiete poetas mexicanas). La antología colombiana muestra una multiplicidad de voces interesantes, algunas de ellas verdaderamente arriesgadas con el lenguaje hasta el punto maravilloso de torcerle el cuello al poema. Esto confirma aquello que muchos poetas y críticos señalan: la mejor poesía que se hace ahora en Colombia la escriben mujeres.