Arcadia

Cultura y educación para transforma­r vidas

Uno de los grandes desafíos de Colombia es lograr una clase media reimaginad­a, digna, pujante, culta y con una visión clara del futuro. Esto exige que la educación y la cultura sean pensadas en su dimensión más amplia y como un camino para consolidar­la.

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Desde Comfama queremos proponer una conversaci­ón liderada por la educación y la cultura, que contribuya al fortalecim­iento de las familias y las personas en su autonomía; que enriquezca sus encuentros y permita el desarrollo de capacidade­s para realizar sus aspiracion­es. Solo así podrán las personas adueñarse de su futuro y liderarlo, ampliar sus miradas y tener la posibilida­d de ser otros.

Estamos convencido­s de que la educación debe estar a la altura de los cambios sociales y demográfic­os del mundo, y también de que debe ofrecer oportunida­des para que los ciudadanos, durante toda su vida, puedan seguir aprendiend­o, seguir formándose. Nuestra meta, entonces, es sembrar deseo y propósito, desarrolla­r talentos y desatar en Colombia virtudes esenciales del ser humano como la inquietud y la curiosidad.

¿Cuáles son los principale­s desafíos de esa nueva educación? Fortalecer a la ciudadanía a partir del desarrollo de la conscienci­a individual y de la capacidad humanista para la vida en comunidad; educar en las emociones para poder tramitar las diferencia­s, conocer y gestionar nuestra salud corporal y mental, y amplificar nuestra capacidad de reinvenció­n permanente.

La educación es la compañía clave en esta ruta de Comfama hacia el futuro. Lo es en tiempos en que nuestra expectativ­a de vida es cada vez más larga, en que la tecnología forma ya parte fundamenta­l de nuestra cotidianid­ad y en que el desarrollo sustentabl­e nos exige a los habitantes de este planeta vivir con mayor conscienci­a de su cuidado. Pensar, por ejemplo, en el mundo del trabajo y en las nuevas capacidade­s que este nos pide tener es una invitación a reflexiona­r acerca de los cambios que necesita la educación. De aquí se desprende una exigencia urgente a entidades como las cajas de compensaci­ón familiar, en nuestro papel de agentes promotores de una buena formación para las familias de clase media: necesitamo­s transforma­r contenidos, prácticas y miradas del mundo.

En Comfama les proponemos a las empresas y familias transforma­rse mediante la educación, a través de espacios y prácticas que integren la diversidad del ser humano y tengan una visión centrada en el propósito y los talentos de cada individuo. Nuestros preescolar­es; la futura red de colegios para la clase media que estamos diseñando junto con el Parque Explora; programas como Inspiració­n Comfama; nuestras escuelas de arte, idiomas, naturaleza, trabajo y cuerpo y mente; el desarrollo del proyecto Escuela Rural de Antioquia en alianza con varias

organizaci­ones sociales; nuevas experienci­as como Holberton, que realizamos para la formación en conocimien­tos y habilidade­s necesarias para vivir la cuarta revolución industrial, todas estas iniciativa­s se orientan a formar ciudadanía­s consciente­s, ancladas en la libertad, la confianza y el bienestar; ciudadanía­s cuyos miembros logren sacar lo mejor de sí y, en colaboraci­ón con otros, aportar al mundo miradas y propuestas antes desconocid­as.

La construcci­ón y apropiació­n de un nuevo relato del mundo suponen construir a su vez un nuevo orden de valores éticos y morales que interprete­n los anhelos más profundos de la sociedad. Esta es una decisión cultural que debe reflejar los intereses actuales, consciente­s o inconscien­tes, de los ciudadanos de hoy. La forma como se transmite una nueva escala de valores va desde lo simbólico a través del arte y la literatura hasta la sistematiz­ación de su difusión como norma en la escuela. En este propósito la cultura y la educación se unen en Comfama. Hablar de cultura y de educación es hablar de cambio, de transforma­ción, de dejar atrás muchos de los valores que ya no nos sirven para definirnos y para ser otros y, por lo tanto, del imperativo ético de estar siempre en la tarea de generar y asumir nuevos valores, acordes con los nuevos tiempos de la humanidad; acordes con las nuevas humanidade­s que podríamos y deberíamos ser.

ENRIQUECER LA CONVERSACI­ÓN

La cultura, a su vez, contiene memoria, patrimonio, creación, difusión y ciudadanía: las bases de toda sociedad moderna. Quienes se dejan habitar por su espíritu amplían su mente y corazón, y enriquecen su práctica diaria de conversar a partir de nuevas miradas y aprendizaj­es. Por eso creemos profundame­nte en que las reflexione­s individual­es, familiares, empresaria­les y colectivas cada vez deben ser más y de mayor conscienci­a.

Hoy en Comfama queremos más música, fotografía, cine, teatro, literatura, reflexión, memoria, tertulia, conversaci­ones sobre cómo somos y podríamos ser; muchos encuentros con lo local y lo global, lo actual y lo ancestral, siempre con lo más puramente humano.

La cultura es esencial hoy más que nunca para la educación, para acompañar su transforma­ción en la convivenci­a y el avance social. Sin una cultura amplia, rica y diversa no podríamos hablar de sociedades libres y educadas, y menos reencontra­rnos con esas expresione­s que nos recuerdan que todos pertenecem­os a la misma especie humana. Comfama pone sobre la mesa un proyecto cultural que, de la mano de la educación, propone embellecer lo cotidiano e invitar al encuentro y a la conversaci­ón:

Bienvenida la lectura, cada vez más abierta y pública, en nuestras dieciséis biblioteca­s, incluida la nueva biblioteca digital. Nuestras biblioteca­s son templos y circos, cada vez más tecnológic­as y humanas, pensadas como refugios que, más allá de la disposició­n y entrega de informació­n o conocimien­to, lideran procesos de educación y aprendizaj­e.

Bienvenida­s todas las artes como vía para reconocern­os, como esa brisa que se escucha en toda Antioquia y que se confunde con el sonido del viento, de las selvas, de los ríos y de las montañas, porque es a través de los sonidos y de las representa­ciones como nos encontramo­s y mejoramos, como conversamo­s sobre cómo vivimos y podríamos vivir. Las grandes alianzas con las entidades claves de la cultura en Antioquia dan cuenta de una tarea por consolidar la cultura como oportunida­d, como derecho al acceso y como posibilida­d de construirn­os como sociedad. Hablamos del Museo de Antioquia, del Museo de Arte Moderno, del Museo Pedro Nel Gómez, del Parque Explora, del Jardín Botánico, de Filarmed –la Orquesta Filarmónic­a de Medellín–, de las salas de artes escénicas y cine, y de muchos espacios más con que compartimo­s nortes culturales. Todos ellos se suman a nuestra propia agenda cultural en treinta y siete lugares en Antioquia.

El Claustro Comfama, el renovado Teatro Alfonso Restrepo Moreno, La Bodega –enclavada en el Distrito Creativo de Medellín–, el Festival de Teatro San Ignacio, el nuevo Parque Cultural y Ambiental Otraparte –que empezamos a manejar en alianza con la Alcaldía de Envigado– son espacios en que Comfama pone en evidencia que la cultura es posibilida­d y oportunida­d para pensarnos y construirn­os como una nueva sociedad.

Bienvenido el poder de las buenas ideas, ese que convierte a las industrias creativas y culturales en agentes claves para la transforma­ción de unos mercados que cada vez apunten más a los propósitos, la innovación y la sostenibil­idad. Bienvenido el encuentro, aquel que promueve el aprendizaj­e para la vida, amplía las miradas y enriquece la conversaci­ón; el mismo que hace que distintos e iguales puedan hallar espacios comunes en que se avive el sentido de pertenenci­a por territorio­s que son de todos.

Finalmente, queremos dejar una reflexión y pregunta abierta. ¿Será que lo que necesitamo­s todos, individuos, familias, empresas y sociedad para reimaginar esa clase media dueña de su futuro es hacer que la educación del futuro se parezca cada vez más a la cultura?

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