EN OTRA ORILLA
Se ha vuelto común confundir el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá con el CNMH. Nada más equivocado ahora que el primero se opone al segundo en sus ideas y formas de trabajo.
El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (cmpr) está en un edificio monolítico de ventanas verticales, cuyos muros llevan incrustados tubos de ensayo con puñados de tierra entregada por víctimas del conflicto armado. Los rayos que atraviesan los cristales sugieren la presencia de los que partieron: de día siempre hay halos de luz en las paredes internas, y de noche el centro brilla hacia el exterior, a la vista de quien pasa por la zona. Los dos espejos de agua a los costados del bloque reflejan las luces, a pocos metros del Cementerio Central de Bogotá.
Las escaleras para entrar al lugar son descendentes, y así, al inclinar la cabeza para bajarlas, los visitantes hacen una venia involuntaria. Bajo el nivel del suelo, rodeados de auditorios y espacios multipropósito, crecen tres yarumos sembrados el día de su inauguración, en 2008, para que crecieran junto al cmpr. Con este diseño, el arquitecto Juan Pablo Ortiz quiso reunir en un lugar de memoria los cuatro elementos esenciales de la vida: agua, aire, fuego y tierra. El memorial se ha integrado al paisaje de la capital del país y alberga hoy a una entidad oficial que trabaja para preservar la memoria del conflicto y honrar a sus víctimas.
Más allá de que hoy el cmpr, en sus ideas y su forma de trabajo, se opone al Centro Nacional de Memoria Histórica, sigue siendo un error común que periodistas y comentaristas confundan ambas entidades. A tal punto llega la equivocación que una foto de la construcción de Ortiz todavía aparece en la entrada sobre el cnmh en Wikipedia. José Antequera, nombrado hace pocas semanas director del cmpr por la alcaldesa Claudia López, dice que el intercambio indiscriminado de ambos nombres resulta de una “confusión injusta”, pero que, paradójicamente, está justificada. “Aunque sus objetivos misionales sean distintos y funcionen de manera independiente, el nombre de un centro está muy inspirado en el otro”, dice Antequera, hijo del homónimo dirigente de la up asesinado durante el magnicidio contra los integrantes de ese partido.
Las dos entidades funcionan de forma independiente, en dos ubicaciones distintas. El cmpr, fundado en 2008, surgió de una iniciativa social por la defensa de los derechos humanos, acogida por la Alcaldía de Bogotá y adscrita a ella desde entonces, y pone sus instalaciones y recursos al servicio de iniciativas comunitarias que trabajen en la construcción de memoria y la reivindicación de las víctimas. Por su parte, el memorial es una acción pedagógica abierta: no tiene costo visitarlo ni asistir a sus eventos o exposiciones.