Arcadia

Rap y resistenci­a en palenquero

Con tambores, cantos y rimas, un kuagro joven de San Basilio de Palenque lleva afuera y adentro el mensaje de dignidad y reivindica­ción de su pueblo, y en su propia lengua.

- Eduardo Santos Bogotá Santos es periodista musical.

San Basilio de Palenque ha sido tierra de bullerengu­e, chalupa, mapalé y champeta. Pero desde principios del milenio se ha vuelto también tierra fértil para el rap. Los palenquero­s que chocaron con el género cuando eran niños cuentan que la cultura que nació en el Bronx de Nuevayork llegó al primer pueblo libre de América por medio de videos y canciones que traían viajeros desde una próspera Venezuela y otras partes de Colombia.

“Ellos traían consigo ropa, comida y juguetes, pero también llegaban con música, videos y películas, y así fue como llegó el rap a mi vida”, dice Andris Padilla, uno de esos primeros jóvenes que quedaron cautivados por los golpes de boom bap y las rimas crudas que hablaban sobre la vida en los barrios. Era un ritmo nuevo que, aunque viniera del norte, les hablaba al oído a los palenquero­s y ofrecía una nueva forma de expresión, mucho más enfocada en la lírica que en la instrument­ación.

Al poco tiempo y con la llegada de internet al pueblo, la influencia del rap creció. El rap en español llegó con nombres como Los Aldeanos, de Cuba, o Guerrilla Seca, de Venezuela, mientras que en las calles era cada vez más común ver

a los aspirantes a rapero con tatuajes alusivos a 50 Cent o Snoop Dogg. Bastaba descargar alguna pista genérica de internet para comenzar, y ese fue el inicio de un movimiento que marcaría un nuevo rumbo en el sonido del palenque contemporá­neo.

Kombilesa Mi, la agrupación de rap palenquero más representa­tiva, existe desde 2011. Pero antes de Kombilesa fueron Monasito Ku Rap, Biko Prieto, Moná Ku Talento y Rap Ku Suto, los cuatro kuagros raperos originales que se formaron en los primeros días del rap en San Basilio. En la cultura local, un kuagro es un grupo de amigos de la infancia, normalment­e de la misma edad y cuadra, que se unen para toda la vida. En la música se forma ese mismo vínculo.

Andris, que se puso el apodo de Afroneto, fue, con Monasito Ku Rap, uno de los pioneros y el primero en proponer una unificació­n de los kuagros para formar Kombilesa Mi –“mis amigos”–, un gran colectivo que rapeara en lengua nativa sobre la base de tambores y bajo el género que bautizó como rfp (rap folclórico palenquero). “Fue difícil porque algunos compañeros decían que el rap no era con tambor, pero cuando lo comenzamos a hacer con Monasito y nos llamaban mucho a presentaci­ones, varios se sumaron a la idea”.

Hoy a Kombilesa Mi lo componen nueve artistas entre mc, cantantes y músicos como el propio Andris, Keila Regina Miranda, Ali Fernando Navarro, José de Jesús Salas o Kendri Esperanza Cassiani. Son los referentes de una nueva generación de artistas palenquero­s que han llegado a tarimas como Hip Hop al Parque en Bogotá y el Lincoln Center de Nueva York, además de estar constantem­ente en los tops de la prensa especializ­ada y de llegar, solo en 2019, a casi setenta países por medio de Spotify.

Para Lucas Silva, fundador de Palenque Records, el sello musical más importante para la promoción y comerciali­zación de la música del palenque, Kombilesa es un grupo de “jóvenes modelo por ser grandes líderes en su comunidad y luchar por la preservaci­ón de la cultura palenquera”; una nueva generación tocada por la globalizac­ión, pero que se ha apropiado de una visión afrocentri­sta del mundo y la promueve.

Esa lucha constante por la preservaci­ón de las tradicione­s palenquera­s fue lo que inspiró a Kombilesa Mi a dedicarle sus rimas al patrimonio de su pueblo. En sus letras es común encontrar rimas que hablan sobre la perseveran­cia, la tradición o la lengua; también sobre el arroyo, el pilón y personajes claves de su historia, como el gran boxeador Kid Pambelé. Cada canción del grupo es una excusa para hablar sobre Palenque.

Hasta el momento, Kombilesa Mi tiene dos discos de larga duración, y desde que suena “Así es Palenque”, la canción que abre y le dio el título a su álbum debut en 2016, se oyen letras sobre el diario vivir en el territorio y el sentimient­o negro. Puede ser “Ma Kuagro” o “Kumina Soto”, dedicadas a la amistad y la gastronomí­a; o “Los peinados” y “Mapale”, dos de los temas grandes de Esa palenkera (2019), que hablan del cabello afro y los ritmos tradiciona­les como símbolos de resistenci­a.

Algunas de estas canciones tienen pasajes en español, pero el lenguaje nativo palenquero es la base de la mayoría de ellas.y aunque para una agrupación con la intención de llegar al mercado comercial esa puede ser una decisión arriesgada, para ellos es una declaració­n de su intención como kuagro. “A Kombilesa no solo lo vemos como un grupo que hace música, sino también como un movimiento cultural que lo que busca es fortalecer nuestra cultura a través de la música”, dice Keila, la cantante principal.

El reconocimi­ento que Kombilesa Mi ha ganado dentro y fuera del país va de la mano de difundir una lengua que ha sido vista con malos ojos incluso dentro de su propia comunidad. Por eso, la prioridad siempre ha sido cantar en lengua palenquera, lo que contribuye al sentido de pertenenci­a y acompaña –dicen ellos– el trabajo de aprendizaj­e en las escuelas.

Justamente, ese acercamien­to a la lengua también fue importante para que grandes referentes que inicialmen­te eran escépticos con la fusión, como Rafael Cassiani del Sexteto Tabalá, Justo Valdés de Son Palenque o Leonel Torres de Estrellas del Caribe, se convencier­an del valor del rap como una nueva expresión de la juventud palenquera. “Para mí está muy bien que Palenque no tenga un solo ritmo de música. El rap es un estilo moderno que le gusta a la juventud y eso es lo que hay en el grupo Kombilesa”, dice el maestro Torres.

En Palenque, el rap ha mantenido el mismo valor de lucha y de resistenci­a que ha tenido desde sus inicios como género, y para los integrante­s de Kombilesa Mi, que han vivido el racismo de frente, es una vía para enfrentar la ignorancia.andris y Keila, que son colegas y pareja, dicen que han tenido que escuchar comentario­s racistas sobre sus peinados, su color de piel o su forma de vestir incluso cuando van a Cartagena, a tan solo una hora de distancia de Palenque.

“Uno lo ha sabido afrontar, y aunque muchos hayan confrontad­o el racismo con violencia, nosotros hemos utilizado la música para intentar concientiz­ar y tratar de frenar el problema”, dice Andris.

Entre sus canciones está “No más discrimina­ción”, “No más violencia”, “Desplazami­ento” o “Te Ane Lo Memo”, que traduce a “todos somos iguales”, himnos en clave de rap de una nueva generación de palenquero­s que han utilizado el género para pararse en contra del racismo.

Aunque Kombilesa Mi haya llevado el rfp por Colombia, e incluso a Estados Unidos con una gira autogestio­nada en 2018, vale preguntars­e por su lugar en el prolífico circuito del rap nacional. Según Guillermo Botero, mánager del grupo desde 2016 y pieza clave para que este llegara a Hip Hop al Parque ese mismo año, Kombilesa ha encontrado su lugar por la universali­dad del género y las escenas diversas en el país.

Otro punto de vista es el de Santiago Cembrano, periodista musical enfocado en cultura hip hop, para quien las barreras idiomática­s y las instrument­ales tradiciona­les pueden separarlos del rapero de otras partes del país.“es como si existiera aparte.aun así, hay que reconocerl­e que tiene una misión de reivindica­ción social mucho más fuerte que otros artistas”; una misión que, además, es muy afín a la del rap, nacida de las comunidade­s marginadas y víctimas del racismo.

Hoy al rap de la comunidad también lo representa Rap Ku Suto –“rap con nosotros”–, uno de los kuagros fundadores de Kombilesa Mi que decidió alejarse del rfp por querer utilizar pistas digitales, aunque igual mantenga el mensaje de resistenci­a rapeando en su lengua.

Según Lamparita, músico palenquero y una de las mitades del dúo electrónic­o Mitú, la nueva música del corregimie­nto “forma parte de una evolución del todo, aunque la base siempre será la misma: Palenque”.

La agrupación, además, les ha dado un papel protagónic­o a las mujeres. A diferencia de otros géneros tradiciona­les como el bullerengu­e, las mujeres del rap de Kombilesa no solo cantan, sino que tocan instrument­os. Keila o Kendri, conocida como la Reina de la Tambora, rompen con el mito de que los instrument­os son solo para hombres, invitando a otras a adentrarse en el uso de los tambores, las maracas y la marímbula.

Los integrante­s de Kombilesa Mi son consciente­s de que llevan consigo el legado de su pueblo, y están felices de cargar con él. “Nosotros tenemos la gran responsabi­lidad de transmitir y concientiz­ar sobre el gran valor de nuestra cultura”, dice Keila. Para Andris, que a sus veintisiet­e años también funge como consejero de Identidad, Patrimonio y Cultura, es una responsabi­lidad acorde con su misión de visibiliza­r a su Palenque.

Aunque admiten haber recibido ofertas de mudarse a la capital del país, su segundo hogar, quieren permanecer en su territorio.“nosotros siempre volvemos porque queremos sentir las dificultad­es y los privilegio­s de Palenque con la gente”, comenta Andris, que casi sin buscarlo se ha convertido en un mediador de conflictos en la comunidad. Su objetivo es mantenerse allí con firmeza, sufrir al lado de su gente, hacer música y mantener el legado en alto.

 ??  ??
 ??  ?? La agrupación Kombilesa Mi toma su nombre de la lengua tradiciona­l palenquera. En español significa “mis amigos”.
La agrupación Kombilesa Mi toma su nombre de la lengua tradiciona­l palenquera. En español significa “mis amigos”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia