Arcadia

Los locos veinte: 1920 / 2020

- IMÁGENES VERBALES * POR JAIME CERÓN

En 1920 ya se habían consolidad­o las premisas claves del arte de vanguardia, que se convertirí­an en su legado hacia el futuro. Los medios hegemónico­s que habían dado forma al arte, como la pintura y la escultura, encontraba­n nuevos rumbos y desafíos al ver cuestionad­as sus convencion­es culturales, dando origen a prácticas como la abstracció­n. Así mismo, en los años previos habían emergido nuevos principios formales que se apropiaban directamen­te de restos o rasgos de la realidad material, como el collage, el ensamblaje, el ready made y la fotografía, que llegaron a suplementa­r el rol de los mencionado­s medios artísticos en su papel de confrontar lo real del mundo.

Tan importante como la reconfigur­ación material de las prácticas artísticas durante los años diez y veinte fue la vocación crítica que asumieron casi al unísono las diferentes vanguardia­s, que era inherente a las ideas y actitudes que dieron forma a las obras. Se trataba de un agudo “malestar en la cultura”, expresado desde diferentes flancos y puntos de vista respecto a dicha época. En la Europa de los veinte se consolidar­on corrientes tan heterogéne­as como el dadaísmo, el constructi­vismo, el surrealism­o o el abstraccio­nismo, mientras que en Suramérica emergía la antropofag­ia cultural, que funcionaba, en parte, como resistenci­a al colonialis­mo europeo.

Un siglo después son visibles los rastros que dejó ese momento en los artistas del mundo entero, que se vieron complement­ados por los posteriore­s desarrollo­s sobre esas ideas y actitudes a lo largo de todo el siglo xx. Sin embargo, parece particular­mente relevante el análisis de un determinad­o proyecto artístico, basado en las representa­ciones culturales que moviliza, más allá de la pertinenci­a que los potenciale­s valores estéticos que lo puedan caracteriz­ar. Esto ha sido particular­mente cierto en las representa­ciones culturales de obras realizadas en torno a grupos sociales y poblacione­s que han experiment­ado una violación sistemátic­a a sus derechos, como las mujeres, las comunidade­s indígenas, la población afrodescen­diente o los grupos lgbtiq, entre otros.

En años recientes artistas pertenecie­ntes a estos sectores sociales y poblaciona­les han hecho notar cómo la historia del arte, entre muchas otras disciplina­s académicas, ha guardado silencio frente a las contingenc­ias étnicas, sociales y culturales que estructura­n las relaciones sociales en el interior del mundo del arte, que se reflejan tanto en el trato dado a las personas de estas comunidade­s como a sus mismas obras. Las mujeres y las comunidade­s afrodescen­dientes fueron pioneras en intentar restituir sus derechos en relación con la manera en que son representa­das dentro del arte (y el mundo del arte), a quienes rápidament­e se fueron sumando otros actores sociales, que experiment­aban la misma situación. De ahí que se haya dicho que el arte moderno, tal y como suele comprender­lo la historia del arte, es la expresión cultural de los varones blancos, heterosexu­ales y de clase media en el mundo occidental.

En los sesenta muchos artistas hegemónico­s exploraron críticamen­te los fundamento­s teóricos y formales de las prácticas del arte, dando origen a lo que se conoce como arte conceptual. Sin embargo, los artistas latinoamer­icanos de ese momento revisaron intrínseca­mente fue el campo social, encontrand­o una enorme agenda de problemas para ser abordados. Este tipo de planteamie­ntos han sido claves para generar el empoderami­ento de muchos grupos sociales, que buscan transforma­r sus representa­ciones culturales.

En 1992 el artista Fred Wilson, hijo de un afroameric­ano y de una indígena, realizó su proyecto Mining the Museum, que buscaba evidenciar que la manera en que los museos exhiben las representa­ciones artísticas y culturales del pasado perpetúa las circunstan­cias de racismo y discrimina­ción propias del periodo en que fueron realizadas. Por lo tanto, intervino un museo y su colección para crear una instalació­n que contextual­izara dichas representa­ciones haciendo convivir “la civilizaci­ón” y la “barbarie” en una misma situación.

Los artistas del siglo xxi han explorado la mayor parte de legados formales y conceptual­es que nos dejó el siglo xx, pero lo que parece ser su marca de agua es el intento por generar contextos críticos que permitan comprender la forma que toma el mundo en el presente y la responsabi­lidad que pueda tener el arte de generar representa­ciones culturales que estigmatic­en o revictimic­en a quienes lleven la peor parte de la historia.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia