EL INVITADO PERFECTO

AYUDA A ACELERAR LA DIGESTIÓN. SU SABOR ES INIGUALABLE SOLO, ACOMPAÑANDO UN LICOR O EL POSTRE FINAL. Y UNE A LA FAMILIA Y A LOS AMIGOS. NO HAY NADA MEJOR QUE UN BUEN CAFÉ COLOMBIANO PARA TERMINAR UNA COMIDA EXTRAORDINARIA, MÁS AHORA EN LAS FIESTAS DE FIN

EL RITUAL DE PREPARAR UN CAFÉ SIEM-

pre tiene un toque de mística. Molerlo, tasar la proporción del agua, regular la temperatura e ir sintiendo ese olor inconfundible, que los tienta a todos a quedarse un rato más en la mesa, charlando, compartiendo un momento agradable. No en vano, un proverbio turco dice que esta bebida garantiza hasta 40 años de amistad.

El café, por cierto, es un amigo ideal para cerrar, con broche de oro, una comida. Favorece la digestión, al estimular la capa muscular del estómago, de tal manera que este tritura más rápido lo ingerido. La cafeína, por otro lado, logra que se acelere la actividad de los intestinos. Así, el proceso digestivo será menos pesado. Además, promueve la liberación de las enzimas del páncreas, las cuales digieren más rápido las proteínas y grasas. Al final, el comensal sentirá paz y energía.

Así mismo, es una excelente compañía para maridar con un licor o un postre. Un dulce de maracuyá al lado de un café suave, de acidez media, con un sabor prolongado, provoca los mejores pensamientos. O una grappa, complementada por un espresso, tan sencillo como contundente. El café representa, en suma, el último sabor, ese placer que se permite el paladar tras degustar todo tipo de delicias.

Una buena comida implica un gran esfuerzo. Escogiendo los ingredientes, por ejemplo. En el caso del almuerzo o la cena de Navidad o año nuevo, buscando un pavo suculento, las verduras y las frutas frescas para preparar una gran ensalada, una tabla de quesos, pasteles y la inevitable champaña…

De la misma manera, vale la pena dedicarse a buscar y escoger un excelente café. No solo porque es la sangre, la esencia, de la identidad colombiana, sino porque es el mejor amigo; el invitado perfecto.

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