ED FORCE ONE:
THE FLAYING MAIDEN
“Bienvenidos al Ed Force One. Les habla su capitán Bruce Dickinson. Aunque no nos guste este anuncio, les recordamos que en este vuelo no se puede fumar. Abróchense el cinturón y prepárense para nuestro próximo show.” Puede que muchas bandas tengan aviones privados, puede que muchos artistas tengan sus nombres pintados en el fuselaje, pero ninguna tiene como capitán a su vocalista, o bueno, solo una: Iron Maiden.
La historia de los aviones de la banda británica comenzó en 2008 cuando la aerolínea Astraeus cedió uno de sus boeing 757 para que se movilizaran durante su tour Some where Backin Time. Ese primer Ed Force One hoy es chatarra luego que la aerolínea quebrara en 2011. Después vino otro modelo igual, que fue protagonista del documental sobre la banda,
Flight 666 y su vehículo de transporte para la gira The Final Frontier. Hasta que en 2016 llegó “la reina de los cielos”, como Bruce Dickinson, cantante de la banda y piloto del avión, bautizó al Jumbo 747.
Con Ed (la calavera que es la imagen de la banda) en la cola recorrieron 6 continentes, 45 ciudades y 123.000 kilómetros. Sus turbinas parecían amplificar, en cada lugar al que llegaban, todas sus canciones, desde The trooper, Runtothe Hills, Fear of the Dark, The Number of the Beast o Speed of light. El impacto fue tal que se generó todo un movimiento en redes sociales para tomarse una foto con este avión en todos los aeropuertos donde aterrizaba. Ese era el espíritu del heavy metal y aunque no se puede fumar en su interior, toda la tripulación asegura que las cantidades de licor compensaban la necesidad de cualquier cigarrillo.