CONRAD
UNA OFERTA GASTRONÓMIC AD EL NIVEL Y TAMAÑO DE SU ARQUITECTURA: ESPLÉNDIDA.
Hace exactamente seis meses, en las playas de Manzanillo, a 25 minutos de Cartagena, abrió sus puertas el Conrad, el primer gran resort de lujo en las cercanías de la Heroica.
Como en todo hotel suntuoso que se respete –en este caso con casi 300 habitaciones y suites, con 5 piscinas, con spa, con club de playa y con campo de golf con 18 hoyos–, la oferta gastronómica aquí es del nivel y tamaño de su arquitectura: espléndida.
Lo primero que hay que decir es que el resort tiene siete restaurantes –con sus respectivos bares–, que se dividen en cinco informales (incluido el Market Café), uno casual (Adesso Tu) y uno a manteles (Biblioteka).
Vamos por orden: en los restaurantes informales, en especial el de la playa (el Beach Club) y el que mira a las piscinas (el Sea Salt), uno puede disfrutar de un ceviche de camarones –o de pescado fresco– de enorme calidad; de una hamburguesa impecable e, incluso, de unos chicharrones con suero y picante que ya desearía despachar el mejor local de fritos de la ciudad.
En su restaurante casual Adesso Tu, tras el paso obligado por las carnes, pastas y ensaladas (todas de gran producto), uno puede optar, además, por unas pizzas de masa delgadita, muy bien logradas, que salen de su horno de leña.
Pero la joya de la corona es Biblioteka, un restaurante de formidable nivel, con una carta puntual, inclinada a la comida de mar.
De este local quiero destacar un par de entradas espectaculares: el pulpo asado acompañado de col morada encurtida y papas arrugadas, así como el carpaccio de salmón y remolacha (un poco a la escandinava), aun cuando en una versión más libre.
Y de los fuertes: gigot (pierna) de cordero con verduras asadas; la tremendísima caldereta de mar (corvina, pulpo, calamar, almejas, mejillones) en un muy serio bisqué de langosta; y el arroz meloso de langostinos. ¡Impecable!
Sus postres son capítulo aparte (en todo el hotel). De Biblioteka destaco la reinterpretación de una piña colada: almendras, pastel de piña, helado de vainilla y coco.
¡Bien por la comida del Conrad –incluyo los desayunos, que son de campeonato–, que es igual de buena a la atención que ofrecen los muchachos en cada uno de los rincones del resort, quienes de la mano del sabor hacen que toda la experiencia sea mucho más que acogedora!