100 AÑOS DE MIDO
LA I CÓNICA MARCA SUIZA CELEBRA 100 AÑOS CON UNA FIESTA MUY LATINO AMERICANA.
“Arquitectura, innovación, calidad, funcionalidad y atemporalidad. Estos son los valores de Mido”, el presidente de Mido, Franz Linder, es contundente. La marca suiza acaba de cumplir 100 años y los celebró con una fiesta en uno de sus mercados más importantes: Ciudad de México. En la capital mexicana –como en buena parte de América Latina–, Mido es una religión; su presencia está en boutiques exclusivas como El Palacio de Hierro o en las joyerías del Zócalo. Es –por su rango de precio en el mercado– la entrada perfecta al mundo de los relojes automáticos. En México tiene 70 años de presencia, “pero –me dicen Andrés y Samuel Glauser, de la joyería Glauser en Colombia– en nuestro país también tiene 100 años: nuestro bisabuelo fue el primero que los importó de Suiza”.
La historia comienza en Neiva a finales de 1800. Gustav Glauser Rubin se estableció en Colombia y trató de hacer varios negocios; aparentemente no le fue bien en ninguno y decidió volver a sus raíces y a su oficio de relojero. Montó una relojería en Madrid, Cundinamarca, y fue un éxito con los relojes de pared. El negocio despegó y supo que uno de sus grandes amigos en Suiza, su vecino de toda la vida, Georges Schaeren, había fundado una nueva marca con nombre español: Mido (en honor del verbo medir). Colombia se convirtió en el primer importador de Mido en el mundo.
El encanto de Mido es su simplicidad. Su manera atemporal de hacer las cosas. En 100 años solo ha tenido un embajador de marca notable, nada menos ni nada más que Björn Borg, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, pero ellos prefieren estar ligados al Coliseo Romano y no a una figura pública. Su modelo Commander –el más icónico de la marca– está inspirado en este monumento arquitectónico. Pero su potencia no reside únicamente en el diseño. “La innovación es
importante para nosotros. Y uno de nuestros grandes aportes a la industria relojera fue el Aquadura, el sistema de sellamiento de agua. Esto fue un gran avance. Y desde que Mido empezó a expandirse, mientras más cálido y húmedo era el clima (en un lugar o país), más fuerte se hacía nuestra marca. Brasil, México, Tailandia, Indonesia. ¿Qué tienen en común? Un clima húmedo, un clima caliente. Para los relojes, esto es un clima terrible. Así que si eras un pescador y tenías que escoger un reloj que sobreviviera a la pesca, era el Aquadura”. La tecnología Aquadura todavía es una de las insignias de Mido y una de sus grandes características: las coronas de sus relojes están selladas como una botella de vino: con corcho. Justo lo que necesita una marca que apuesta por la eternidad. En octubre, la fiesta del primer siglo de Mido será en nuestro país.