MÁS QUE ORIGAMI
LO LAS AAVEDR AYA NA MARÍA GUERREROS E ECHAN AL HOMBRO LA TAREA DE CONVERTIR LOS CAPRICHOS DEL AGENTE EN ARTE DE PAPEL.
“Nos llaman y nos dicen ‘ es que estamos buscando cosas de origami’”, cuenta Lola Saavedra, la fundadora de Tridilab. “Pero el hecho de que trabajemos en papel no significa que solo hagamos origami. Hay faceteado, papercut, kirigami… ¡Hay miles de técnicas para transformar el papel!”.
Lola y Ana María Guerrero llevan esta empresa que, básicamente, crea mundos de papel. Al igual que sus técnicas, su repertorio de servicios es bastante amplio –va desde diseño de vitrinas hasta escenografías y dirección de arte–. ¡Y ni se diga lo que pueden llegar a hacer! Aguacates, aves, máscaras y cabezas de animales decoradas con un estilo hindú. “Una vez hicimos un rifle histórico de 1838 para una exposición del Museo Nacional. Nos tocaba pegar las piezas con agujas y lupa”, dice Lola.
Convertir un jamón serrano en una figura poligonal puede ser problemático, pero son los clientes los más incomprensivos. “La gente asume que porque trabajamos papel es barato, no toman en cuenta el trabajo en sí: el proceso digital, corte y ensamblado”. Y aunque el trabajo definitivamente es exigente –para la producción de los objetos de nuestra sesión de fotos con Claudia Bahamón fueron nueve días con sus respectivas trasnochadas–, eso no significa que no sea disfrutable. “Lo que más disfrutamos es la parte de armado, cuando trabajamos con las manos”, dice Ana María. Y Lola complementa: “Sí, después de todo ese trabajo digital, que es exhaustivo y tedioso, cuando llegamos a untarnos las manos con colbón y a usar los miles de herramientas que tenemos –porque somos remaniáticas, perfeccionistas y nos gusta que todo encaje bien–, esa sí es nuestra parte favorita”.