TAN SUIZO COMO EL QUESO
LA ÚNICA MANERA DE SOBRE SALIR EN EL MERCADO DE LOS RELOJES ES SER TAN PROVOCATIVO COMO SEA POSIBLE.
A sus 190 años, H. Moser & Cie. tiene una personalidad joven y rebelde. Esta casa relojera creada en 1828 es una de las más antiguas y tradicionales de Suiza, pero algunos relojes suyos, como el Swiss Alp, son toda una declaración de principios que se burla del miedo de la industria a los smartwatches al crear una fantástica pieza de relojería que a primera línea parece un Apple Watch.
Hasta se atrevieron a quitar de sus relojes la etiqueta SwissMade, un acto que incluso puede ser calificado de subversivo.
Solo porque un reloj diga “hecho en Suiza” no significa que todos sus componentes sean suizos. Pero la línea es tan comercial que se convirtió en un valor adicional para los relojes. Por eso, como forma de protesta, esta casa relojera lanzó el reloj más suizo posible: su caja está hecha de queso suizo Vacherin Mont d’Or endurecido, pasteurizado e inoloro con nanotubos de carbón, su pulso es de cuero curtido de vaca suiza y su esfera constituye un claro homenaje a la bandera suiza: una edición única que se vendió por 1’081.291 francos suizos –un guiño al pacto federal que dio inicio a la Suiza moderna, firmado el 1 de agosto de 1291– que fueron usados para crear un fondo de apoyo a los proveedores independientes a la industria relojera de la nación.
El Mad Swiss Watch es una declaración política convertida en una pieza de relojería. Y aunque otras grandes colecciones, como el Venturer o el Heritage, resultan algo más convencionales y no tienen queso de por medio, todos los relojes de H. Moser & Cie. son tan provocativos como su nacionalidad.