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#BlackLivesMatter. El primer hashtag que marcó a Colin Kaepernick denunciaba el asesinato de afroamericanos en manos de policías de los Estados Unidos. Era un problema que no se podía ocultar más, miles de jóvenes salían a las calles del país a protestar y él no quiso dejarlos solos. Tenía que hacer algo y estaba seguro de que su papel como jugador de fútbol americano iba más allá de su responsabilidad de dejarlo todo en el campo. Entonces actuó. En 2016, sin que nadie se lo esperara, y casi sin que nadie lo notara, el quarterback de los San Francisco 49ers empezó a poner una rodilla y el puño de su mano sobre el piso cuando el himno nacional de los Estados Unidos sonaba. Pasaron varios partidos hasta que las cámaras de televisión se fijaron en él y su protesta empezó a tener eco: algunos jugadores lo secundaron y otros lo criticaron. El presidente Donald Trump no lo bajó de “hijo de puta”, miles de aficionados quemaron las camisetas con su nombre y amenazaron con no volver a los estadios si Kaepernick continuaba jugando. Él resistió y siguió arrodillándose. A finales de la temporada de 2017, él y su equipo llegaron a un acuerdo para terminar su contrato y desde entonces, aunque tiene la calidad para jugar, ningún directivo de la NFL ha querido contratarlo.
Desde ese momento, las redes se han inundado con el hashtag #IMWITHKAP. Así fue como lo empezó a respaldar la misma gente por la que él luchó. A pesar de haber abandonado las canchas, Colin no abandonó su trabajo como activista. Aprovechó su situación para denunciar las injusticias que se cometen a diario contra su comunidad y aunque ya no lo premian por su juego durante la temporada, Harvard lo condecora con la medalla W.E.B. Du Bois, por ejemplo, en reconocimiento por su trabajo por los afroamericanos.
#JustDoIt. Los ejecutivos de Nike no se arrepintieron de haber contratado a Kaepernick como su imagen en 2018, aunque rednecks y seguidores de Trump en todo el país quemaron sus tenis y sudaderas. Bajo el lema “Believe in something, even if it means sacrificing everything ” (Cree en algo, así eso signifique sacrificarlo todo) hicieron una de las campañas publicitarias más impactantes y efectivas. Su mensaje llegó a miles de personas en todo el planeta y, de paso, las ventas de Nike se dispararon 31 % en Norteamérica.