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TARANA BURKE El 25 de octubre de 2017 Tarana Burke estaba sentada en su cama ojeando Twitter cuando vio un incremento inusual en su número de seguidores. Llevaba más de diez años trabajando por los derechos de las mujeres negras y de víctimas de acoso sexual, pero hasta ese momento ninguna de sus actividades había sido realmente viral en redes sociales.
Ni siquiera una de sus frases más potentes de batalla: las palabras “Me Too”.
Justo ese día, sin embargo, la actriz Alyssa Milano convirtió esas palabras en uno de los hashtags más famosos de la historia. TheNewYorkTimes había denunciado públicamente al productor y director de cine Harvey Weinstein en un caso que incluía acusaciones de varias personalidades de Hollywood. El mundo estaba indignado y Milano decidió invitar a todas las mujeres a denunciar: “Si has sido acosada o abusada sexualmente escribe #MeToo (#YoTambién) como respuesta a este tuit”. Hubo más de 66.000 respuestas, incluyendo las de 80 celebridades que se unieron a la tendencia, y antes de que se acabara el día las palabras se habían convertido en un símbolo para hacer visible el acoso, el machismo y las agresiones sexuales que resultan cotidianas prácticamente en todo el mundo.
El grito de batalla de Burke, sin embargo, llevaba más de diez años activo. Después de haber crecido en el Bronx y de con- vertirse en una trabajadora social, especialmente en comunidades negras, vio de cerca muchos ejemplos de discriminación y abuso. Las palabras se las dijo en 2006 a una niña de 13 años en Alabama que le contó que recientemente la habían violado; ella lo único que pudo responder fue “me too”. La frase se convirtió en una página de MySpace que logró recaudar fondos para trabajar con mujeres menores de edad víctimas de abuso.
Sin embargo, durante el último año, Tarana Burke se convirtió en una de las voces principales para hablar de la violencia de género. Dejó de ser una heroina anónima y fue uno de los personajes del año de la revista Time. Pero lo más importante, al menos para ella, es que convirtió al movimiento #MeToo en una fundación con alcance internacional y logró que sus redes sociales se transformaran en un espacio que le hace eco a las injusticias que día a día siguen viviendo las mujeres.