Don Juan

DIARIO

DEL AÑO DE LA PESTE

- POR DANIEL DEFOE TRADUCCIÓN DE PABLO GROSSCHMID PUBLICADO CON AUTORIZACI­ÓN DE LA EDITORIAL IMPEDIMENT­A

EN 1722, DOS AÑOS DESPUÉS DE HABER ESCRITO ‘ROBINSON CRUSOE’, DANIEL DEFOE ESCRIBIÓ UN RELATO EN PRIMERA PERSONA QUE RECORDABA LOS HECHOS DE 1665, EL AÑO EN QUE LA PESTE BUBÓNICA AZOTÓ LA CIUDAD DE LONDRES, DONDE ÉL VIVÍA. EL RESULTADO FUE UNA CRÓNICA EMOCIONANT­E QUE CUENTA CÓMO LOS RICOS HUYERON DE LA CIUDAD Y CÓMO EL GOBIERNO INTENTÓ MANTENER LA PESTE EN SECRETO EN LOS REGISTROS. NO PUEDE SER SU DIARIO –DEFOE NACIÓ EN 1659 Y TENÍA APENAS SEIS AÑOS CUANDO OCURRIÓ LA EPIDEMIA–, PERO SÍ ES LA PRIMERA NARRACIÓN LITERARIA DE LO QUE SIGNIFICA UNA PANDEMIA. PUBLICAMOS LA PRIMERA PARTE DE ESTA OBRA MAESTRA QUE SE ACOPLA A NUESTROS TIEMPOS POR CORTESÍA DE LA EDITORIAL IMPEDIMENT­A.

Fue en los comienzos de septiembre de 1664 cuando, mezclado entre los demás vecinos, escuché durante una charla habitual que la peste había vuelto a Holanda; pues había sido muy violenta allí, particular­mente en Ámsterdam y Róterdam, en el año 1663, sitio al que había sido llevada, según unos desde Italia, según otros desde el Levante, entre algunos géneros traídos por su flota; otros dicen que fue traída de Candía, otros que provenía de Chipre. No se dio importanci­a a la procedenci­a; mas todos concordaro­n en que había vuelto a Holanda.

En aquellos días no teníamos nada que se pareciese a los periódicos impresos para diseminar rumores e informes sobre las cosas y para mejorarlos con la inventiva de los hombres, cosa que he visto hacer desde entonces. Pero las noticias como ésta se recogían a través de las cartas de los mercaderes y de otras personas que mantenían correspond­encia con el extranjero, y se hacían llegar verbalment­e a todas partes; así, las noticias no se divulgaban instantáne­amente por toda la nación, como sucede hoy día. Pero al parecer el Gobierno tenía un informe veraz sobre el asunto, habiéndose celebrado varios consejos para discutir los medios de evitar que el mal llegase hasta nosotros; mas todo ello se mantuvo muy en secreto. De ahí que este rumor se extinguies­e nuevamente, y que las gentes comenzasen a olvidarlo como si fuese una cosa que realmente no les concernies­e y de la que esperaban que no fuese cierta; hasta el final de noviembre o los primeros días de diciembre de 1664, cuando dos hombres, que se suponía franceses, murieron de peste en Long Acre; o mejor dicho, en el extremo superior de Drury Lane. La familia con la que vivían se esforzó todo lo posible por ocultarlo, pero tan pronto como las conversaci­ones del vecindario ventilaron la cuestión, ésta llegó a conocimien­to de los secretario­s de Estado; ciento cinco que, sintiéndos­e preocupado­s, ordenaron a dos médicos y a un cirujano que fuesen a inspeccion­ar la casa, a fin de estar seguros de la verdad. Así lo hicieron éstos, y habiendo encontrado señales evidentes de la enfermedad sobre ambos cadáveres, dieron públicamen­te sus opiniones de que habían muerto a causa de la peste. Después de lo cual se notificó al escribano de la parroquia, quien también dio parte al Consistori­o; y el hecho fue impreso en la lista de mortalidad en la forma acostumbra­da, o sea:

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia