Propuestas de los candidatos.
Cualquier decisión juiciosa sobre las elecciones presidenciales del 27 de mayo pasa por conocer a cabalidad las propuestas en educación de los candidatos a la presidencia. Léalas, compárelas y contrástelas con las necesidades del sector.
Se acercan las elecciones presidenciales y todo el mundo habla en mayor o menor medida de la educación. Desde hace unos años, este rubro empezó a tomar una notoriedad particular. De ser uno de los ministerios menos apetecidos, pasó a ser uno de los tres pilares del gobierno Santos y el caballito de batalla de varios aspirantes a la Casa de Nariño. Pero, más allá de la frase politiquera “hay que invertir en educación”, ¿qué tanto hablan los candidatos, a profundidad, de cómo debe impulsarse este sector? ¿Qué tan pertinente es su discurso y qué tan aterrizadas sus propuestas? ¿Están alineadas con lo que opinan los expertos? ¿Qué entienden por educación?
Este año, el sector educativo recibió el presupuesto más alto en la historia, 37,5 billones de pesos. Si algo hay que reconocerle a la actual administración es que puso a la educación en la agenda pública como un pilar de su gobierno. Incluso involuntariamente: el gran tropiezo de la fallida reforma a la Ley 30, cuando cientos de estudiantes, profesores y ciudadanos preocupados por el futuro de la educación salieron a protestar a las calles, ayudó a que este sector cobrara un interés principal para la sociedad. Sin embargo, sin un sistema más eficiente esa enorme inversión y preocupación institucional se traduce poco en resultados. Para muestra un botón: las buenas intenciones institucionales se han visto opacadas por constantes líos de corrupción en el PAE, por la repartición de cuotas políticas en las directivas regionales del Sena y las denuncias de irregularidades en la contratación de Colciencias; por si fuera poco, los recursos que sí llegan a donde deberían se están yendo solo en gastos de funcionamiento, hasta un 91 %. La gran mayoría del gasto se va en salarios, prestaciones sociales y salud de los maestros. Mientras tanto, están desfinanciadas entidades fundamentales como Colciencias y las universidades públicas.
Las preguntas lógicas entonces son: ¿Y la calidad educativa qué? ¿De dónde saldrá el dinero para las mejoras en pedagogía, infraestructura e investigación?
En este sentido, el primer ‘ chicharrón’ que tendrá que enfrentar el futuro presidente es la reforma al Sistema General de Participaciones, un asunto fundamental. Sin ella, ni siquiera habrá dinero en unos años para la administración interna de las escuelas. Ni hablar de la inversión en calidad. El nuevo sistema debería no solo aumentar los fondos sino disponer más de ellos para el mejoramiento de la calidad educativa.
Una gran lección para el país es que no basta con aumentar los recursos, sino que debemos preguntarnos cómo los gastamos: la inversión costo-eficiente. Hay que empezar a pensar en políticas probadas que demuestren resultados.
Bajo esa lupa, ¿qué proponen los candidatos? Una mirada global de sus programas arroja una primera conclusión, y es que tienen pocas políticas en pedagogías innovadoras y mucho en cobertura. Se habla de cifras en cuanto a cantidad de estudiantes y financiamiento; pero no de indicadores de logros educativos, ni efectividad y logro de los aprendizajes.
Todos los candidatos proponen aumentar la cantidad de escuelas con Jornada Única y primera infancia. Pero, por otro lado, la mayoría carece de propuestas concretas sobre cómo subsanar el déficit de investigaciones y recursos para la ciencia. En cuanto al Sena, todos los programas proponen vincularlo más al sector productivo. Una aspiración vieja. Pero no profundizan en cómo. Por ejemplo, nadie tiene en cuenta cómo harán para llevar a la práctica el Marco Nacional de Cualificaciones.
También llama mucho la atención que los dos candidatos más opcionados en las encuestas son los que menor número de propuestas tienen en educación y que, además, las presentan junto a temas culturales.
Semana Educación revisó las propuestas en educación de los candidatos y las contrastó con las presentadas en la Cumbre Líderes por la Educación (CLE) 2017.