UNIVERSIDADES PÚBLICAS
No obstante los avances en las propuestas sobre financiación estudiantil, el panorama de las universidades públicas está inmerso en incógnitas. A pesar de que el presupuesto para estas instituciones es 5,8 % más alto que en 2017 (con una inversión que llega a 37,4 billones), el hueco financiero es tangible. Según Fernando Tobón Bernal, vicerrector administrativo de la Universidad de Antioquia, el déficit presupuestal de esta institución en 2016 y 2017 es de aproximadamente 50 mil millones de pesos. El panorama de otras universidades públicas es similar. En octubre de 2017, 70 de estas entidades marcharon para exigir más recursos. Desde que en 1992 fue aprobada la Ley 30, que regula la educación superior pública, se estipuló que el incremento en el presupuesto de las universidades correspondería al aumento anual del IPC. Han pasado 26 años, y tanto el entorno como las exigencias de la educación superior han cambiado. En 2017 se hizo una reforma a esta ley en la que se incluyó un aumento del presupuesto de 3 % sobre el IPC, el único de cuatro puntos claves sobre los que hubo acuerdo.
Aunque el presupuesto aumenta, no lo hace de acuerdo a las exigencias de calidad y cobertura y, por tanto, es insuficiente. Según el estudio de Zarama realizado con datos del Dane, desde 1998 el costo de la educación superior se ha casi triplicado, mientras que en el mismo periodo el IPC solo se ha duplicado. Así, las universidades tienen cada vez más gastos y menos recursos. De hecho, según el comunicado de prensa de 2017 del presidente del Sistema Universitario Estatal, Luis Fernando Gaviria Trujillo, solo 55 % de los ingresos de las universidades públicas proviene del Estado. El debate sobre la reforma de la ley sigue abierto y con seguridad será uno de los principales desafíos para el siguiente gobierno.