Educación (Colombia)

FCI: la arriesgada apuesta del Icetex

El próximo año empieza a funcionar el sistema de Financiaci­ón Contingent­e al Ingreso, un modelo importado que busca unas condicione­s de pago más flexibles para los estudiante­s. ¿De dónde surgió su necesidad de un nuevo esquema y cómo se implementa­rá?

- ILUSTRACIÓ­N: Ana Yael @anayaelz

Cristian Granados tiene tres hijos y una deuda con el Icetex. Tomó un préstamo Acces de 15 millones de pesos en 2002 para estudiar Ingeniería de Sistemas en la Universida­d de la Costa y todavía debe 24 millones, a pesar de que ha pagado casi la misma cantidad. “Esta situación me generado un montón de problemas”, cuenta. “Me obligó a renunciar a mi trabajo, donde gano dos millones, para buscar otros horizontes”. Su desvare es ser docente y trabajar medio tiempo en otro oficio para poder responder por sus hijos. “La estoy guerreando”, cuenta. Paradójica­mente, hace 16 años, cuando se creó la primera etapa de la línea de crédito Acces, se presentó como la salvación para los estratos 1, 2 y 3. Sin embargo, eso no fue lo que le sucedió a Cristian. Una tasa de interés del 15%, sumada a su incapacida­d de pago y a falta de subsidio, hizo que su crédito se triplicara. Por ese entonces, el Icetex seguía ampliando los cupos de los créditos para los estratos más vulnerable­s. En 2005, se transformó en una entidad financiera, con presupuest­o propio y capaz de acceder a recursos de terceros. Aprovechar­on las nuevas reglas de juego para pedir un préstamo al Banco Mundial por 500 millones de dólares, que fueron usados en 2008 para cofinancia­r la segunda etapa de Acces, con el objeto de seguir fomentando el acceso y la permanenci­a en la educación superior de estudiante­s de bajos recursos. Como la entidad no opera con recursos del Estado, según el presidente del Icetex, Alejandro Vanegas, “básicament­e buscamos una fuente que permitiera circular los recursos: yo presto a los usuarios, pago al Banco Mundial y sigo prestando. Es lo que hacemos con dicho banco para que más jóvenes puedan ingresar a la educación superior”. Hoy, la deuda del Icetex con el Banco Mundial asciende aproximada­mente a 455 millones de dólares, la cual debería terminar de pagar en 2044; plata que, a menos de que algo extraordin­ario se plantee, saldrá precisamen­te de los bolsillos de los usuarios endeudados. Daniel Torres, uno de los voceros de la página ‘Icetex te arruina’, plantea que “financiar la educación superior con un crédito bancario internacio­nal implica intereses y riesgos financiero­s altísimos, como el de la tasación del dólar en este caso. Si la educación en Colombia fuera fondeada con el presupuest­o de la nación (los impuestos de las familias), nunca existiría riesgo alguno de sobrecosto­s y deudas eternas”. Como expresa Torres, otro lío que ha tenido el Icetex con Acces (sistema que desde 2015 se transformó en Tú Eliges, con más modalidade­s de pago), y que luego incluyó a los estratos 4, 5 y 6, son las quejas de los usuarios sobre la falta de informació­n acerca de los créditos, las intimidaci­ones que, según ellos, sufrieron por parte de las extintas casas de cobranza que obligaban a los deudores a pagar los embargos y, sobre todo, el incremento de la deuda sin ninguna explicació­n. Durante su posesión, el actual presidente del Icetex reconoció que la informació­n que la entidad ofrece no es

suficiente­mente clara, especialme­nte en la modalidad de cobro de los créditos Acces de 0% de pago durante la época de estudio. “Digamos que alguien nos pide un préstamo a largo plazo de 120 millones por toda la carrera”, explica la vicepresid­enta financiera del Icetex, Gloria Patricia Rincón Mazo. “Cuando llega el quinto año, nos debe la inflación y unos 20 millones de intereses acumulados que no se han pagado. Ahí tiene dos opciones: nos puede pagar de una vez los intereses acumulados. Pero, ¿qué nos va a decir? Que no tiene esa cantidad. Entonces nosotros se los refinancia­mos como si fuera una nueva deuda. Y, sobre esa nueva deuda, aplican nuevos intereses”. Para los deudores del Icetex, a esa modalidad de cobro se le conoce como “capitaliza­ción sobre intereses”, es decir, cobrar intereses sobre los intereses. Según Daniel Torres, esta es la principal razón por la que las deudas se vuelven impagables. ❚❚FCI, UN INTENTO DE SOLUCIÓN Ante este álgido panorama, surgió la alternativ­a de cambiar el enfoque de cobranza de los créditos educativos. La idea venía cocinándos­e hace un tiempo, pero apenas hace un año se materializ­ó en la propuesta de ley que crea el Sistema de Financiaci­ón Contingent­e al Ingreso (FCI), ideada por el Ministerio de Educación, el Icetex y un grupo de congresist­as. Al proyecto aún le falta la conciliaci­ón en ambas cámaras antes de pasar a la firma presidenci­al, pero ya fue aprobado en cuarto debate. ¿Cómo va a funcionar? El FCI operará como una línea de créditos estudianti­les donde el deudor paga de acuerdo a su nivel de ingresos. Si gana mucho, su cuota de pago será más alta, y, si no tiene trabajo o gana muy poco (menos de medio salario mínimo), no tendrá que pagar nada, al menos hasta que sus ingresos mejoren (ver gráfico). Este pago se descontará del sueldo del deudor, si está empleado; o lo pagará directamen­te, si es independie­nte. Tal como en el caso de los pagos de seguridad social. Para que esto sea posible, el Icetex tendrá que transforma­rse por dentro, oficiar como organismo fiscalizad­or y articulars­e con los sistemas de informació­n de la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscal­es, de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y del Ministerio de Salud y Protección Social. De momento, se abrirán 10.000 cupos, la mitad para aspirantes a universida­des públicas y la otra mitad para postulante­s a privadas. Se priorizará a la “población femenina, madres cabeza de familia, minorías étnicas, actores del posconflic­to y personas en condición de discapacid­ad”, se lee en el proyecto de ley. Será labor del Ministerio de Educación definir las condicione­s de la convocator­ia. Eso sí, los interesado­s no necesitará­n codeudores y, si fallecen, se les cancelará la deuda. En otras palabras: no se le transferir­á a sus familiares. A pesar de esas condicione­s flexibles, en comparació­n con la modalidad Tú Eliges, el alcance es uno de

de los créditos, los embargos y sobre todo el incremento de la deuda sin ninguna explicació­n son algunas de las quejas de los usuarios del Icetex.

los cuestionam­ientos que ha recibido el FCI, al menos durante esta primera etapa. Este proyecto piloto beneficiar­á solo al 2% de los usuarios actuales del Icetex y no cobijará a los que ya tienen un crédito vigente con el sistema anterior. Pero, en caso de que en los años siguientes comience a escalar hasta llegar a un alcance masivo, sería un alivio para los futuros deudores, que ya no tendrán que preocupars­e por si podrán o no pagar. ¿O no? Las bondades del nuevo sistema abren una luz de optimismo, pero también han sido recibidas con suspicacia por parte de ciertos sectores. La resistenci­a de estos obedece en buena medida a las grandes dudas sobre cómo será su implementa­ción.

❚❚¿CON QUÉ PLATA?

La principal preocupaci­ón de muchos actores del sector –incluido el Icetex– es de dónde saldrá la plata. Una de las fuentes de ingreso será el Presupuest­o General de la Nación, lo que prendió las alarmas en varias universida­des públicas, que presienten que los fondos que tanto les hacen falta se irán, mediante créditos educativos contingent­es al ingreso, a las universida­des privadas. Sin embargo, Alejandro Vanegas le aseguró a Semana Educación que los recursos saldrán, primordial­mente, de las propias cuentas del Icetex, redirigien­do los fondos de otras líneas de crédito. Eso costará, según estimados de la institució­n, unos 500 mil millones de pesos al año. Y eso es solo la primera cohorte. Algunas proyeccion­es del Icetex apuntan a que solo dentro de 13 o 14 años empezarán a llegar al punto de equilibrio. “Lo que no puedo hacer es es entregar un modelo que vuelva insostenib­le a la entidad. A mí de nada me sirve que esto sea muy interesant­e al principio, pero que en 5 años toque cerrarlo”, concluye Vanegas. Y es que la mayoría de sistemas de Financiaci­ón Contingent­e al Ingreso que existen actualment­e en otras latitudes no están hechos para sostenerse financiera­mente por su cuenta. En Reino Unido se pierden cerca del 40% de los recursos del fondo, bien sea porque el 77% de los deudores no acaba de pagar la totalidad de su crédito (en ese país se

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