PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Cómo debería ser el diálogo entre el sector empresarial y productivo del país con el educativo?
Creo que la gente estudia lo que le gusta, lo importante es descubrir las vocaciones de las personas. Entonces, luego hay que cerrar brechas desde el punto de vista de las necesidades de la compañía, eso se puede hacer a través de capacitación técnica. Sin embargo, lo más importante es que tengamos profesores de calidad que animen a los muchachos y creen pasiones. Lo que tenemos que lograr solamente se alcanza con buenos docentes, uno de los grandes retos respecto a mejorar la calidad.
Concretamente, ¿cómo debería ser la participación de los empresarios en la educación?
Hay que consolidar lo que tenemos y, sobre todo, fortalecer la educación pública. Ahora, si queremos incidir, patrocinemos cátedras, demos becas, ayudemos a las instituciones privadas y a las públicas también. Debería haber un diálogo permanente entre la educación técnica y las empresas, de manera que estas últimas le comuniquen al sector educativo qué necesitan y, a la vez, le de opciones a los muchachos de tener carreras y profesiones empleables, siempre que les guste lo que hacen. Esta sería verdaderamente la manera de generar impacto en la educación del país.
¿Por qué la educación debería ser una prioridad?
Es necesario entender que sobre todo la educación es un imperativo moral. No se trata tanto de promover una educación para la competitividad; la educación es para darle a las personas la capacidad de hacer lo que valoran. Y, si queremos hacer un país más equitativo y justo, tenemos que apostarle a la educación, que es el gran igualador. Es la libertad. La educación permite que la gente elija mejor y fortalece las democracias. La educación lo es todo.
Después de una larguísima y exitosa gestión de más de 25 años, el presidente de Promigas acaba de anunciar su retiro. Uno de los empresarios más comprometidos con la educación del país, habla con Semana Educación sobre cómo el sector empresarial puede influir en el educativo.