BERNARDO ROJAS
Mediante el juego y el movimiento, los estudiantes tienen la oportunidad de entender la importancia del trabajo en equipo.
Para Bernardo Rojas, profesor de la clase de Educación Física en el colegio San Pedro Claver en Tuluá, Valle, una de sus principales responsabilidades como docente es “lograr rescatar a los jóvenes de fenómenos sociales como la adicción a las drogas, el uso excesivo de la tecnología (que crea adolescentes en extremo sedentarios) y la violencia en los espacios escolares”. Para lograrlo, cree que “necesitamos docentes innovadores, que capten la atención de los jóvenes involucrándolos en programas deportivos”. Para este docente, los espacios creados durante la clase son ideales para combatir estos fenómenos, pues el juego y el trabajo en equipo cultivan los valores. Como nueva estrategia pedagógica, ha empezado a implementar el ultimate, un deporte que puede practicarse sin la presencia de un árbitro. Así, los mismos jugadores deben predeterminar las condiciones especiales de la partida y asegurarse de que se cumplan. Para resolver las disputas, los estudiantes entonces tienen que dialogar y llegar a un acuerdo, lo cual fortalece tanto sus habilidades de comunicación como de autoconocimiento y autoestima. Mediante el juego y el movimiento, los alumnos tienen la oportunidad de entender la importancia del trabajo en grupo, además de fortalecer su autocontrol, su disciplina, y los valores y competencias ciudadanas. “Educación Física le enseña a los niños a tener hábitos y estilos de vida saludables. Es el área del futuro, porque en ninguna otra asignatura logras desarrollar tantos conocimientos transversalmente”. Con este pensamiento Rojas dirige sus clases.