Ministerio de Ciencia y Tecnología
De aprobarse la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el país contaría con una política de Estado clara en esa materia. Además, el gobierno promete captar más recursos para el desarrollo científico del país. Este será el gran reto d
Colciencias, la institución creada hace 50 años para impulsar la ciencia y la tecnología en el país, nuevamente aparece en la cuerda floja. Por su débil gestión, reflejada en los ocho directores que tuvo durante el gobierno de Juan Manuel Santos, más la falta de presupuesto y los posibles casos de corrupción, hoy se está discutiendo su futuro en el Congreso. De acuerdo con Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Colciencias se fue por un rumbo equivocado. “Con pocos recursos, la entidad dirigió sus esfuerzos a apoyar la innovación y la divulgación científica, a otorgar becas de doctorado y de maestría, pero descuidó lo verdaderamente importante: la producción de investigación científica básica y aplicada”, explicó. Ese hecho se evidencia en el bajo registro de patentes que tiene el país a nivel internacional. De acuerdo con el reporte de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (Ompi), en Colombia se presentaron 142 patentes en 2017, y solo 99 en 2016. Aunque la cifra aumentó, no es suficiente si se compara con países de América Latina como Brasil, que registró 567. Ni qué decir de Estados Unidos, con 58.000 patentes, y Japón, con 48.000. Para tratar de enderezar el camino de la ciencia en Colombia, el senador Iván Darío Agudelo planteó un proyecto de ley que pretende transformar a Colciencias en un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con la intención de que estos dos campos se ganen un espacio en la política por medio de una institucionalidad clara y el poder de decisión. Sin embargo, no es la primera vez que se intenta transformar a Colciencias. En 2007, Martha Lucía Ramírez (hoy vicepresidenta electa) y Jaime Restrepo Cuartas (en su momento representante a la Cámara) también tenían la idea de convertir la institución en un ministerio, para que, entre otras cosas, obtuviera más recursos. Argumentaron la necesidad de tener un ministro que impulsara la ciencia, ya que tendría la posibilidad de discutir políticas a través de Conpes, participar en el consejo de ministros y pelear un presupuesto. Sin embargo, la propuesta no fue aceptada. Hoy, esta misma idea pasó a segundo debate en Cámara y será presentada al Senado en los próximos días. De ser aprobada, se espera que la ciencia y la tecnología se conviertan en un componente relevante en el país, con mayores recursos y mejor gobernabilidad.
¿QUÉ PASA EN COLCIENCIAS HOY?
Como la entidad no hace parte del consejo de ministros, un espacio en el que se puede mediar para incrementar el presupuesto de una cartera, no existe un doliente que evite que los recursos que llegan a esta institución se reduzcan, como ha ocurrido desde 2013. Además, según Forero, “a opinión de algunos científicos, desde que Colciencias se transformó en un departamento administrativo adscrito a la Presidencia, los nombramientos de sus funcionarios se convirtieron en una cuota política”. A esto se le suma que cada ministerio usa sus recursos para invertir en ciencia y tecnología sin ninguna directriz. Así, se doblan esfuerzos al coordinar actividades desde diferentes frentes. Es el caso de las becas de maestría y doctorado que otorga Colciencias, el Icetex y el Ministerio de Educación.
¿QUÉ CAMBIARÍA?
Según el senador Agudelo, Colciencias no va a desaparecer; se transformará en un fondo encargado de ejecutar los recursos mediante convocatorias y asignar aquellos que son de inversión, lo que implica la reducción de sus funciones. “Colciencias seguirá existiendo como departamento, pero esta vez como uno administrativo adscrito al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el cual se encargará de todo el diseño de la política pública y de la interrelación con los diferentes sectores y ministerios”, le explicó el senador Agudelo a Semana Educación. Actualmente, el 60% del presupuesto de Colciencias se invierte en becas de doctorado y de maestría. Un 22% va para investigación y un 6%, para funcionamiento. La idea, según Enrique Forero, es que la distribución del presupuesto cambie una vez empiece a funcionar el ministerio, con la intención de darle mayor prioridad a las pesquisas. Frente a la preocupación de que el ministerio incremente la burocracia, el senador Agudelo asegura que este es uno de los fantasmas que han tenido que enfrentar y al que no le temen, ya que está seguro de que este ministerio, al contrario, traerá mucha riqueza a Colombia. “De los países de la Ocde, 23 tienen Ministerio de Ciencia y Tecnología, y son llamados ‘los ministerios de la riqueza’”.
¿QUÉ HA SUCEDIDO EN OTROS PAÍSES?
En 2007, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner creó en Argentina el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que ha sido dirigido por el científico Lino Barañao. Aunque la comunidad académica rescata el hecho de que aún Baraño sigue en la cabeza, desde 2015 su presupuesto se ha ido reduciendo, hasta el punto de levantar sospechas de que podría fusionarlo con el Ministerio de Educación. En Brasil ocurrió algo similar: el Ministerio de Ciencia y Tecnología se creó en 1985, y una de las políticas fue fundar la carrera del investigador científico y tecnológico. El resultado fue el incremento de innovación en ese país. Sin embargo, tras la suspensión de Dilma Rousseff en 2016, el presidente interno de Brasil, Michel Temer, lo acabó fusionado con el Ministerio de Comunicaciones, bajo la justificación de racionalizar recursos y aumentar la eficiencia.