LUZ ADRIANA CADAVID
ENSEÑANZA QUE ATESORA EL AGUA
Si bien Colombia es un país con un amplio número de fuentes de agua dulce, el mal uso del recurso y la contaminación proveniente de sectores agrícolas y ganaderos lo ha puesto en peligro. Con el ánimo de incentivar acciones en pro del ecosistema, la Institución Educativa Rural el Hatillo, ubicada en Barbosa (Antioquia), adelanta desde 2009 procesos de formación que conciencian a los estudiantes sobre la importancia del medioambiente. Desde 2017, este objetivo recibió un nuevo impulso. Con el apoyo de Sieni, la institución ejecuta un proyecto piloto para proteger la quebrada San Antonio, una microcuenca cercana que está en riesgo por contaminación y la siembra de fauna no nativa.
Organizados en equipos, y lide - rados por maestros como Luz Adriana Cadavid, Natalia Mesa Barbosa, John Arcesio Monsalve, entre otros, identificaron los problemas del agua. Fueron los propios niños de la comunidad quienes formularon e implementaron un proyecto de investigación-acción que contrarresta el deterioro de esa fuente hídrica. Estos equipos de indagación contaron con la orientación de miembros de la comunidad científica nacional e internacional, que durante un año guio sus propósitos.
A la fecha, la primera etapa ya fue culminada, pero eso no quiere decir que las intenciones se queden en el papel. Luz Adriana afirma que la institución seguirá apostándole a investigaciones y procesos que permitan dar soluciones. “Seguiremos visitando el nacimiento de agua. Apoyaremos las actividades que desde el acueducto se propongan y que busquen reforestar los alrededores de la quebrada con especies nativas. Otra idea que deseamos ejecutar es hacer una alianza con la Secretaría de Agricultura para gestionar la compra de unos terrenos de donde provienen agroquímicos que terminan contaminando la cuenca”, afirma.
Gracias a este tipo de acciones, se ha logrado sensibilizar a los estudiantes respecto a su responsabilidad con el medioambiente. De hecho, algunos de los egresados del instituto han estudiado Ingeniería Ambiental o Agrícola. “Son estudiantes sensibles con aspectos del territorio, eso se vuelve un potencial interesante. Son muchachos que saben que en sus casas ya no se va a utilizar el agua de la misma manera, porque es un recurso limitado”, afirma Cadavid.