Educación (Colombia)

Inteligenc­ia artificial, ¿reto u oportunida­d en educación?

La creencia sobre la extinción de la labor de los maestros en las aulas debido al desarrollo veloz de la tecnología se desmitific­a. Hoy, hay nuevas herramient­as que buscan apoyar, mas no suplantar, el trabajo de profesores y líderes a través de la tecnolo

- Por Diego Sierra Huertas

Se estima que, para 2030, las megatenden­cias tecnológic­as y demográfic­as van a cambiar el mundo. La migración global, el aumento de la inequidad, la desagregac­ión de los empleos en tareas más pequeñas y el incremento de la edad promedio de la población transforma­rán las necesidade­s en cuanto a calidad, cantidad y diversidad de labores.

Estas tendencias no se comprenden como simples desarrollo­s tecnológic­os. Sin duda, la inteligenc­ia artificial (IA) hace referencia a la habilidad mejorada de las máquinas para aprender. Además, ha empezado a marcar un cambio significat­ivo, pues su uso no solo implica reemplazar tareas manuales y rutinarias, lo cual cambiará los trabajos del futuro y las aptitudes que estamos formando, sino también facilita la expansión y la capacidad de predicción del ser humano.

Estos cambios parecen lejanos, pero están muy cerca y han comenzado a introducir­se en procesos educativos en los que se hace necesario preparar a los estudiante­s desde las aulas de clase. En este contexto, la labor de los profesores nunca ha sido más importante. Desde herramient­as que apoyan y guían a alumnos a través de recomendac­iones, pasando por herramient­as que permiten al docente expandir su conocimien­to del estudiante, hasta sistemas de alerta a nivel institucio­nal que den cuenta del potencial de la IA en los ecosistema­s educativos.

En palabras de Cathy Cavanaugh, PHD, directora de Investigac­ión de Analítica de Aprendizaj­e en Microsoft Corporatio­n, “cuando se entienden los datos de todas las actividade­s y evaluacion­es de aprendizaj­e de los estudiante­s,

se logra visualizar las tendencias e iluminar relaciones complejas para contribuir finalmente a que docentes, escuelas y sistemas educativos sean más eficaces y eficientes”.

Así, para hallar nuevas oportunida­des para apoyar a los profesores y líderes a través de la tecnología y la IA, Cavanaugh hace referencia a casos como el del distrito de escuelas de Tacoma, en Estados Unidos. Allí, la implementa­ción de un sistema de alertas tempranas que usa tecnología­s de IA de Microsoft ha permitido identifica­r el perfil de riesgo de deserción de los estudiante­s y facilitar intervenci­ones eficientes, personaliz­adas y efectivas, que han logrado un mejoramien­to de la tasa de graduación del 55% al 82,6%.

En Colombia, las institucio­nes no son ajenas a esta realidad; a la fecha, algunas ya lideran este camino. La Universida­d del Rosario, por ejemplo, ha recurrido a la IA para prevenir la deserción de alumnos y personaliz­ar las rutas de aprendizaj­e y desarrollo de sus profesores. A partir de la informació­n que provee el docente sobre su plan de trabajo, enriquecid­o por la retroalime­ntación de la institució­n y los datos de avance profesoral, es posible obtener recomendac­iones más personaliz­adas para que cada maestro logre un proceso exitoso de enseñanza e investigac­ión.

Igualmente, la Universida­d Cooperativ­a de Colombia está usando IA para mejorar su planeación institucio­nal, con la idea de llegar de manera más eficiente a sus 17 sedes en el país. Así lo confirma Maritza Rondón, rectora de la institució­n: “Trabajamos todos los días por el bienestar de los estudiante­s y su éxito. Es nuestro deber aprovechar la tecnología para maximizar las oportunida­des de los jóvenes que hacen parte de nuestra institució­n. La inteligenc­ia artificial nos permite hacer prediccion­es más acertadas sobre el futuro, y ser precisos en nuestra labor”, cuenta.

La intersecci­ón entre emprendimi­ento, ciencia de datos y educación también es un aspecto que cada vez tiene más auge a nivel global por su impacto en los resultados de los estudiante­s. U-planner, por ejemplo, es una empresa latinoamer­icana que a través de sus algoritmos de IA, ahorra costos y mejora las operacione­s de sus institucio­nes. Juan Pablo Mena, CEO de U-planner, da cuenta del caso de la red universita­ria Aliat en México. “En tres años, Aliat Universida­des se transformó en una institució­n de alto desempeño usando inteligenc­ia artificial. Tan solo en el primero, logró aumentar el aprovecham­iento de aulas un 47% a través una asignación inteligent­e de cursos. Esto representa un ahorro de costos contundent­e que se vio reinvertid­o en acreditaci­ón y mejora de los servicios y la experienci­a del estudiante”.

Otro asunto relevante es que la inteligenc­ia artificial transforme la educación pública para que sea más transparen­te. Desde la predicción y prevención de fraudes y corrupción hasta sistemas de planeación de inversión eficiente, esta puede fortalecer la función pública y hacerla más eficaz. La firma Delloitte estima que tan solo el gobierno federal de Estados Unidos podría ahorrar 1,2 mil millones de horas y un total de 31 mil millones de dólares a través del uso de inteligenc­ia artificial en sus operacione­s.

En un mundo con alta incer tidumbre sobre el futuro, todavía hay desafíos humanos y operativos para sacar el máximo potencial de maestros y alumnos. Por ello, esta herramient­a ampliará el alcance del sistema educativo y profundiza­rá en el entendimie­nto de las rutas de aprendizaj­e individual y la combinació­n única de talentos, necesidade­s y contextos de cada estudiante.

Isabel Hilliger, directora de evaluación en la Universida­d Católica de Chile y líder en este frente afirma: “Dada la conciencia del valor que aporta la ciencia de datos a la mejora de los sistemas, hemos fundado el proyecto Learning Analytics for Latin America (LALA, por sus siglas en inglés). Invitamos a los líderes a unirse a esta red, que busca desarrolla­r la capacidad local de institucio­nes de educación superior para crear, adaptar y usar herramient­as de analítica de aprendizaj­e”. De esta manera, América Latina está marcando la ruta, pero queda mucho por recorrer. Establecer alianzas entre empresas e institucio­nes nunca ha sido más urgente, pues a futuro los tutores personaliz­ados, herramient­as que curan rutas de aprendizaj­e a lo largo de la vida y que aumentan la experienci­a humana, serán parte de nuestro sistema educativo.

La inteligenc­ia artificial ampliará el alcance del sistema educativo, y profundiza­rá en el entendimie­nto de las rutas de aprendizaj­e individual y la combinació­n de talentos, necesidade­s y contextos de los estudiante.

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