Educación (Colombia)

Policía Nacional, formando país

La Policía Nacional ejecuta una serie de estrategia­s pedagógica­s que le permiten afrontar de manera integral la nueva realidad del país. El objetivo es consolidar la Universida­d Policial, en la que los agentes reciban una educación diversa y de calidad or

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Educación y Policía son palabras que se relacionan, y ese ha sido el pilar que ha querido potenciar la Dirección Nacional de Escuelas. El proceso ha estado basado en principios de cobertura, pertinenci­a, desarrollo proyectivo, participac­ión y calidad. A partir de estos, se han logrado potenciar las dimensione­s relacionad­as con lo actitudina­l: el ser, el saber, el saber hacer y el saber convivir, con el propósito de formar un policía competente e integral, y mejorar el desempeño para aportar resultados efectivos a la institució­n, tanto en el contexto operativo como en el administra­tivo y educativo.

Desde hace dos años, la Policía Nacional entró en un proceso de modernizac­ión e innovación, y realizó mejoras considerab­les en infraestru­ctura, investigac­ión, calidad docente y procesos eficaces de aprendizaj­e. En la actualidad, la Dirección Nacional de Escuelas cuenta con más de 50 registros calificado­s y 26 escuelas de policía, distribuid­as en la geografía colombiana desde La Guajira hasta Leticia, en las

cuales se desarrolla una oferta académica compuesta por 17 programas de posgrado (4 maestrías y 13 especializ­aciones), cinco de pregrado de nivel profesiona­l, ocho tecnología­s y 32 técnicos profesiona­les, para un total de 62 programas de educación superior, de los cuales 14 alcanzaron acreditaci­ón de alta calidad, ejercicio que inició desde el año 2.000 con la acreditaci­ón del programa de Administra­ción Policial.

Es de resaltar el trabajo de la Escuela de Postgrados, que le ha dado un vuelco educativo a toda la institució­n porque trabaja con procesos innovadore­s y potencia las diferentes capacidade­s de los estudiante­s. Además, brinda las herramient­as necesarias para el desarrollo de los cargos actuales y futuros: “Esta escuela es ícono porque ha impulsado la reforma educativa, desde aquí podemos hacer una reflexión profunda de lo que requiere el país, del policía que necesitamo­s en las calles, que debe ser autónomo y decidido”, aclaró el brigadier general Gonzalo Londoño.

Los desafíos implican comprender y atender como primera opción la magnitud de los problemas globales, regionales y locales de las últimas décadas: la insegurida­d, la violencia, el delito y la indiscipli­na social. Por esta razón, formar profesiona­les de policía es una tarea de gran valor social, que implica comprender la necesidad de sentar las bases de una carrera profesiona­l policial que dé respuesta efectiva tanto a las demandas del ciudadano como a las del gobierno. La educación se ha concebido como el eje gravitacio­nal para la renovación del servicio de policía, una necesidad que impulsa a la institució­n a trazar un plan integral de Modernizac­ión y Transforma­ción Institucio­nal (MTI), en el cual el proyecto formativo ocupa un lugar privilegia­do por constituir una dimensión significat­iva que apalanca el proceso de transición hacia la paz; el objetivo es modelar un sistema educativo que impacte socialment­e.

Este proceso tiene como propósito cerrar la brecha entre la enseñanza en las Escuelas de Policía y la práctica en el servicio, para lograrlo, se trazaron ejes estratégic­os: doctrina educativa, articulada a los nuevos retos de la seguridad y de la educación; alineación curricular, fundamenta­da en las líneas teórico-prácticas comunes y diferencia­les entre grados y niveles para la formación policial; modernizac­ión organizaci­onal a partir de procesos, estructura y funciones; gestión y aseguramie­nto de la calidad educativa policial con sostenibil­idad e infraestru­ctura; consolidac­ión de la Universida­d Policial como fundamento para la profesiona­lización y la visibilida­d nacional e internacio­nal.

El reto de consolidar la Universida­d Policial constituye una necesidad, ya que el objetivo es formar a los policías que necesita el país de cara a las nuevas realidades. Algunos de los programas para lograrlo son: Investigac­ión Criminal, Criminolog­ía y Victimolog­ía, Seguridad Pública, Gestión Territoria­l de la Seguridad, Derecho de Policía, Medioambie­nte y Seguridad. Estos constituye­n un aporte a la gestión pública nacional y local. Por otra parte, explica el brigadier general Gonzalo Londoño: “Aunque estos son saberes propios de la Policía Nacional, están a disposició­n de otras ramas del saber, como derecho, administra­ción, sociología, psicología”.

Para la Dirección de Escuelas es claro que se debe hacer un avance constante, y aunque en poco tiempo han tenido avances significat­ivos que los ha ubicado como una institució­n de calidad, la mejora constante es el pilar con el que quieren continuar su labor, “Detrás del largo trabajo y del proceso de profesiona­lización, en realidad lo que estamos haciendo es generar un lenguaje propio de nuestra profesión policial”, concluye el coronel Luis García, director de la Escuela de Postgrados de Policía.

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