SANTIAGO PINZÓN
Vicepresidente de Transformación Digital de la Andi
Hay que llevar la disrupción a la educación en términos de fortalecer las habilidades que van a tener los niños. Por ejemplo, desde lo que hacemos nosotros, nos importa que los menores de 5 a 12 años tengan la clase de Ciencia Computacional. Es fundamental que, sobre todo, los estudiantes de los colegios públicos puedan entender y aprender de software, 3D, inteligencia artificial o cualquiera de estas tecnologías exponenciales, si realmente se quiere reducir la brecha educativa. De lo contrario, esas competencias los van a embestir. El uso de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones debe estar presente en el sistema educativo. Es decir, si de 5 a 12 años los niños reciben clase de Ciencia Computacional, luego deben profundizar en habilidades TIC. Tiene que ser normal para todos aprender a programar e ir más allá del código. El fortalecimiento de las TIC debe estar en las primeras líneas de trabajo de 2019. No solo se trata de garantizar cobertura, sino calidad. Que la educación en TIC realmente cumpla la función de abrirles la mente a niños y jóvenes; que los futuros veterinarios, jugadores de fútbol, artistas y médicos encuentren en la tecnología un aliado que les dé ventajas competitivas frente a otros profesionales. Eso pone sobre la mesa otro reto: el bilingüismo. Casi que el lenguaje universal de la tecnología es el inglés. Pero, además, se necesita para competir en el mundo laboral. Así mismo, ojalá entraran más mujeres a liderar la economía digital. Detrás de eso sí que hay una gran oportunidad de lograr una economía incluyente.