Colegio San Patricio, 60 años de evolución
Con una práctica pedagógica vanguardista y en permanente movimiento, que atiende de manera anticipada las demandas educativas de cada época, el Colegio San Patricio se prepara para celebrar, en 2019, sus primeras seis décadas de servicio.
Muchas cosas han cambiado en estos 60 años, desde aquel momento en que la Escuela Nueva o Escuela Activa se dio a la tarea de plantear una innovadora forma de pedagogía con una alta dosis de motivación, de trabajo en equipo y de educación, dirigida hacia la formación democrática, con actividades autónomas y libres de los alumnos. Emma Gaviria de Uribe no fue indiferente al potencial que demandaba esa propuesta a mediados del siglo XX, por ello le dio vida a una institución diferente, que se ajustara a las necesidades del momento y fuera bilingüe. De esta manera, el 9 de febrero de 1959 nació el Saint Patrick's School, en el barrio Antiguo Country de Bogotá. Tenía los niveles de preescolar y los primeros grados de primaria, solo para niñas. En 1968, la institución se trasladó a la Casa de Curia de la iglesia de Usaquén, donde funcionó por cinco años, y también le dio vida a su primer programa de responsabilidad social, denominado Pequeñas Maestras. A este se adicionó, un tiempo después, el proyecto Social La Gaitana, al que el colegio actualmente atiende con la Fundación Hogares de Solidaridad. Muy pronto, en 1973, adquirió su sede propia en el sector campestre de Provenza, cerca de Suba, bajo el nombre Colegio San Patricio. A principios de 2018 se inauguró un nuevo edificio que alberga la biblioteca infantil, el auditorio, la zona de juegos y las aulas especializadas para clases de música y cerámica (dos de las áreas fuertes de la institución). “No nos detenemos. Nuestro pilar siempre ha sido formar mujeres líderes, con pensamiento crítico e innovador; además, con conciencia ambiental y social”, sostiene Paulina Encinales, rectora del Colegio San Patricio.
EN COMPLETO MOVIMIENTO
Según la rectora, para el plantel es esencial mantener los principios de excelencia académica, diversidad, inclusión, democracia y liderazgo, así como ofrecer a las 500 estudiantes una enseñanza para ser más competitivas. La educación integral y personalizada, el bilingüismo, el énfasis en investigación, la innovación y el fomento de un espíritu crítico les permite construir habilidades para alcanzar esas competencias. “Por eso fomentamos la indagación y el desarrollo creativo en todos los campos: humanista, científico, artístico y tecnológico. En calendario A, ofrecemos una avanzada educación bilingüe desde preescolar, lo que hoy nos permite tener los mejores puntajes en los exámenes del British Council y First Certificate in English. Revisamos y renovamos constantemente nuestros modelos pedagógicos para ir acorde a los desafíos de la enseñanza del mundo actual”, agrega Encinales. Durante tres años consecutivos, el colegio ha logrado uno de los niveles más altos en el Icfes, al pasar del puesto 133 (en 2016) al 84 (en 2017). En 2018, logró la posición 47, lo que demuestra –una vez más– que las estudiantes asumen de manera autónoma y comprometida sus responsabilidades. La evolución del Colegio San Patricio muestra su compromiso con formar personas dispuestas a aportar al país desde diferentes ámbitos. Otra de las grandes fortalezas es su rectoría abierta, desde la que se generan consensos. Además, invita a que la comunidad educativa participe, opine y ejecute todo aquello a lo que se llega por acuerdo. De esta manera permanece vigente el espíritu democrático, de participación, de respeto por los demás y de construcción del conocimiento que anima el modelo pedagógico.