La lucha de los métodos
Los sistemas educativos de Latinoamérica no están logrando que sus estudiantes desarrollen efectivamente la comprensión lectora. Ante esta situación, crecen las dudas sobre la metodología implementada. En un informe de próxima aparición, el BID hace un diagnóstico al respecto.
En el informe “El aprendizaje de la lectura inicial: más allá de ‘la guerra de los métodos’” el panorama es inquietante. En América Latina, dos de cada cinco niños prácticamente no comprenden lo que leen al finalizar el tercer grado, según el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce), llevado a cabo por la Unesco en 2013. Lo más llamativo del asunto es que si se compara la información con los resultados de 2006, no hubo cambios significativos. Además, el estancamiento persiste en la medida en que los estudiantes pasan de la primaria a la secundaria. Una evidencia de esto son los resultados de las pruebas Pisa de 2015, que muestran que cerca de la mitad de los estudiantes de 15 años de la región no cuenta con las competencias básicas de comprensión lectora. La competencia lectora tiene un impacto que a veces no es del todo evidente. Por ejemplo, en la infancia y la adolescencia es la base sobre la cual se logran el resto de los aprendizajes y está relacionada con el éxito académico. Por otro lado, en la adultez, la competencia lectora se relaciona con una mayor probabilidad de tener empleo, gozar de mejores salarios, un buen estado de salud y mayor nivel de confianza personal, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Desde un punto de vista macro, investigaciones como la de Eric Hanushek y Ludger Woessmann han asociado las competencias de lectura con mayores niveles de crecimiento económico.
EL PROBLEMA DEL MÉTODO
Si bien existen diversos métodos para enseñar a leer, hay cuatro propuestas que se han destacado.
∂Alfabético silábico
Las letras se presentan por su nombre: a, be, ce, de, etcétera. A medida que se van conociendo, se combinan para dar lugar a sílabas con una consonante y una vocal, como “pa” o “te”. El proceso cada vez se va complejizando hasta llegar a palabras de tres o cuatro sílabas.
∂Fonético
Los sonidos del idioma se hacen explícitos y se representan con grafías. El sonido /m/ (fonema) se representa con las letras m y M (grafema). Los sonidos se combinan y forman unidades de sentido. El aprendizaje es estructurado: de sonidos vocálicos hasta los más complejos.
∂Global
En este método se parte de textos completos; es decir, se presentan palabras y frases. Los niños reconocen las grafías y las asocian con distintos conceptos. Un ejemplo: en las aulas los nombres de los niños están a la mano. Ellos mismos indagan las diferencias entre “Mario” y “María”, y así descubren, en el siguiente orden, la palabra, la sílaba y luego el fonema.
∂Ecléctico
Este método toma elementos de los anteriores y los combina. En Latinoamérica, los marcos curriculares dan cuenta del dominio del método global, según la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Orealc/unesco). Sin embargo, este enfoque va en contravía de evidencias empíricas que se llevan anunciando desde comienzos de siglo y que demuestran que el más efectivo para desarrollar competencias lectoras es el fonético.
FONÉTICO VERSUS GLOBAL
El estado de California, el más próspero de Estados Unidos, adoptó hacia finales de los años ochenta el método global, pero hacia 1994 decidió hacer el cambio al método fonético. Ese año constataron que en las pruebas nacionales estandarizadas de lectura los estudiantes californianos tenían el mismo nivel que los niños de Luisiana, uno de los estados más pobres. En 1996 se modificó el currículo para reintroducir el método fonético como estrategia para el aprendizaje de la lectura en los primeros grados. En el año 2000, Estados Unidos convocó un panel (NRP, por sus siglas en inglés) para revisar las investigaciones en el campo de la lectura inicial. El principal hallazgo fue el siguiente: la instrucción con métodos fonéticos es mucho más efectiva que cualquier otro tipo, además de tener un impacto positivo en niños desde preescolar a sexto grado, como también en alumnos vulnerables. Investigaciones similares en Australia y Reino Unido llegaron a la misma conclusión. No obstante, este tipo de informes técnicos no existe para el español. Ahora bien, este idioma tiene todas las características para que su aprendizaje mediante el método fonético sea más efectivo, ya que su transcripción escrita es alfabética; es decir, usa grafemas para representar en forma precisa los sonidos de la lengua oral. Existen 24 fonemas que se representan en 27 letras y cinco dígrafos (ch, ll, rr, qu y gu). Esto lo diferencia del inglés, portugués o francés, ya que el primero tiene 44 fonemas y 26 letras, pero el código completo necesita 136 alternativas ortográficos adicionales. Por dar un ejemplo, el fonema /f/ puede representarse por la letra f, así como los dígrafos ph, gh y ff (phone, enough y off ). Si bien en este sentido el español tiene mayores facilidades para el método fonético, el informe del BID recalca que la cuestión de fondo es “si el lector principiante es capaz de descifrar el código por sí solo mediante la indagación y exploración de diversos textos, o si, por el contrario, necesita instrucción explícita y sistemática sobre la relación entre letras y sonidos del idioma. La evidencia empírica muestra que tanto niños y adultos que aprenden a leer no son capaces, por sí solos, de inferir el código alfabético”.
GANADOR POR KO
El informe concluye que más allá de “la guerra de los métodos”, hay hechos incontrovertibles entre los que se destaca que no hay evidencia empírica que soporte la propuesta de método global de lectura inicial, mientras que sí existen pruebas de que el método fonético permite que todos los niños, incluso aquellos en situación de vulnerabilidad, logren desarrollar competencias lectoras más sólidas.