LO QUE QUEDA DE LA EDUCACIÓN VENEZOLANA
Los niños no son los únicos que están desertando del sistema educativo venezolano. De acuerdo con Orlando Alzuru Mendoza, presidente de la Federación Sindicato de Maestros Venezolanos (Sinvema), los docentes también han dejado de asistir a los colegios. “En los tres últimos años, los profesores están abandonando las escuelas sin renunciar, simplemente se van. Por eso no tenemos una cifra de esta migración, simplemente piden un tiempo, se van y no regresan”, explica. Y no es para menos. Un docente de una institución educativa oficial venezolana recibe mensualmente entre 600.000 y 1.100.000 de bolívares. “Eso es menos de un dólar diario. De acuerdo con los organismos internacionales, quienes devengan un sueldo de este tipo viven en pobreza extrema”, denuncia Alzuru y agrega que quienes se van ingresan a colegios de otros países como Colombia, Argentina, Brasil y Perú. Aunque todos los sindicatos del mundo se crean para ayudar a sus agremiados, en especial para exigir mejoras salariales, Alzuru asegura que el déficit salarial es producto de la hiperinflación que vive su país y, en ese sentido, es muy poco lo que pueden hacer para ayudar a sus colegas. “Sin embargo, nos hemos reunido con el gobierno y el Ministerio de Educación venezolano para concretar mejoras en el sistema de la protección social de los maestros”, explica. Mientras logran acuerdos con su gobierno, batallan con otro problema: hoy nadie quiere formarse como docente y el país no tiene educadores en las asignaturas de Matemáticas, Física, Química, Biología e Inglés. “Desde 2006 los niños no han visto estas materias en toda su extensión. El gobierno ha priorizado más la enseñanza de Historia, tratando de ideologizar a los alumnos. Desde que Hugo Chávez asumió el poder, se cuenta la historia de una manera totalmente sesgada y desde un punto de vista meramente político”, dice. Frente a esta crisis en su sistema educativo, no es extraño escuchar entre profesores que, si el presidente Nicolás Maduro sigue en el poder, corren el riesgo de quedarse sin escuela y sin educación.