En cuidados intensivos
La prestación del servicio de salud es un tema 'caliente' entre los docentes del magisterio colombiano. Tras un complicado proceso de licitación, por fin entró a operar en firme el nuevo modelo. Sin embargo, para los profesores las cosas están peor.
El sistema de salud docente no da “pie con bola”. El 21 de febrero, otra vez, fue el principal motivo de las protestas de los maestros del sector público, tal como lo había sido el año pasado en el paro de julio. Los profesores del magisterio aseguran que no les dan citas, que las prestadoras de salud tienen las agendas cerradas, que tienen las líneas de atención congestionadas y que están en esa situación desde hace más de un año. El nuevo modelo de contratación del Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag) finalmente entró a operar hace tres meses, pero los maestros no ven ninguna mejora. ¿Está fallando el nuevo sistema? La idea era que se trajera más vigilancia a las prestadoras, que hubiera más competencia (para acabar con el monopolio casi completo de cinco consorcios que se atrincheraron por 20 años en este servicio), y que fuera más exigente en calidad y solidez financiera de las empresas contratistas. Las exigencias fueron tales, que en enero de 2017 se declaró desierta la convocatoria porque ningún oferente cumplía con los requisitos. Solo hasta agosto de ese año, después del paro, se pudo reanudar la convocatoria y, tras un atropellado proceso, en octubre los nuevos prestadores firmaron contrato en ocho de las diez regiones en las que está dividido el modelo y, en febrero, en las dos restantes: la región 4 (Boyacá, Casanare y Meta) y la 7 (Santander, Norte de Santander, Cesar y Arauca). Pero los maes- tros se siguen quejando de los nuevos operadores. “Estamos igual o peor que antes. Preferí ir a particular porque me cansé de llamar para agendar una cita y nada, no fue posible”, le dijo Andrea Rosas, docente de un colegio en Bucaramanga, a Semana Educación. La principal queja es, justamente, que no dan citas. “Creo que el nuevo modelo no se ha logrado instalar y ser efectivo”, aseguró una docente del Colegio Manuela Beltrán, en Bogotá, a este medio. “Todavía no se regulan la asignación de citas con especialista, pues el conmutador al parecer está congestionado”. Hace más de un año, la profesora está tratando de agendar una cita con un especialista. Pero no ha podido. Un caso similar es el del profesor Édgar Díaz, quien tiene una molestia en una rodilla hace un año y no ha logrado acudir al reumatólogo. Díaz ha ido ya varias veces al hospital donde atiende su prestadora, la Unión Temporal Servisalud San José (que cubre a todos los docentes de Bogotá, Amazonas, Vaupés, Vichada, Guaviare y Guainía), pero le dicen que no hay agenda. “Ahora me toca volver, porque solo se puede personalmente. Una cita con médico general se puede agendar por teléfono, pero con especialista no. Es como si creyeran que están en el siglo XX”. Ahora, las quejas contra el servicio no se limitan a las citas. Mala atención, demoras en urgencias, problemas con las bases de datos también hacen parte del “memorial de agravios” de los profesores. Mauricio Fonseca, docente de un colegio en Bogotá, cuenta que el mes pasado su hijo amaneció enfermo por una intoxicación y lo llevó a urgencias del Hospital San José. De ahí lo remitieron
Las nuevas prestadoras están obligadas a agendar citas en menos de dos días para medicina general, menos de tres para exámenes de laboratorio y menos de quince para una cirugía de alta complejidad.
al Hospital San Carlos y, cuando llegó, no figuraba en el sistema. “Desde entonces estoy tratando de actualizar los datos pero no he podido. Primero me dijeron que por la página web, luego que había problemas en el sistema y que tenía que ir hasta la sede principal”.
FALLAS EN EL SERVICIO
En efecto, la Fiduprevisora, encargada de administrar el Fomag y contratar a las prestadoras, aceptó que se están presentando fallas en las bases de datos por la transición de las viejas a las nuevas prestadoras. Sandra Gómez, presidente de esta institución, aseguró que “los problemas con las bases de datos están casi todos resueltos. También estamos teniendo algunas represas en citas, cirugías programadas y medicamentos por entregar que nos dejó el prestador antiguo y que no se atendieron en su momento”. La transición misma ha sido parte del problema. En Antioquia la Fundación Médico Preventiva, antigua prestadora de salud, dejó un reporte de 3905 procedimientos represados, correspondientes a 1397 cirugías ambulatorias, 1048 apoyos de diagnóstico y 1460 consultas con especialistas. Sin embargo, Red Vital, la nueva operadora, encontró otros 9385 procedimientos represados, lo que suma al final 13.290 casos. Según la Fiduprevisora, con las nuevas operadoras ya se está trabajando una forma de liberar estos procedimientos represados y espera que para mayo el sistema esté al día.
Para la sociedad encargada del fondo, gran parte de las quejas responden a un desconocimiento del nuevo modelo. Ahora los maestros tienen una red hospitalaria renovada y antes de tomar el servicio deben verificar en la página web de su prestadora, o en la aplicación móvil del Fomag, cuál es su IPS principal y cuál es su red alternativa (ver recuadro). Además, tienen que familiarizarse con las garantías que les ofrece el nuevo modelo. Por ejemplo, algo que deberían tener muy claro los maestros es que las nuevas prestadoras están obligadas a agendar citas en tiempos bastante cortos: menos de dos días para medicina general, menos de tres para exámenes de laboratorio, menos de quince para una cirugía de alta complejidad, entre otros. Cuando se requiere transporte a otros municipios, el tiempo aumenta a cinco días hábiles. Son periodos bastante cortos en comparación con los que recibe cualquier usuario en el régimen contributivo o en un plan de medicina prepagada. Sin embargo, no sorprende que esta exigencia no se esté cumpliendo en muchos casos, como sugieren las denuncias de los maestros. Es importante que los profesores sepan que el nuevo modelo tiene mecanismos para sancionarlas. Si el valor de los servicios no prestados supera el 5 % del valor mensual contratado por más de tres veces en un año, es causa de pérdida del contrato. Las propias prestadoras, al asumir un compromiso que no pueden cumplir, se echaron “la soga al cuello”. “El argumento de ‘la agenda está cerrada’ está prohibido. A los prestadores se les paga el doble por los medicamentos y por consultas generales, odontológicas y especializadas justamente para que haya mayor disponibilidad. En este sentido, el nuevo sistema es bastante garantista”, dice Félix Martínez, integrante del grupo de Protección Social del Centro de Investigaciones para el Desarrollo y miembro de la comisión de expertos, quien diseñó el nuevo modelo de salud docente.
¿MÁS DE LO MISMO?
Por otro lado, dos de las nuevas prestadoras, la Unión Temporal Saludsur 2 (encargada del servicio en Caquetá, Nariño y Putumayo) y Cosmitet (que opera en Cauca, Valle del Cauca y la zona cafetera) ya tienen una investigación en la Superintendencia de Salud por “inoportunidad en la asignación de citas con médico general, odontología y especialista, falta de continuidad en los tratamientos y en la entrega de medicamentos, falta de autorizaciones de servicios, insuficiencias en la red prestadora y dificultad en los reembolsos”. Lo peor es que Cosmitet era una de la operadoras en el antiguo modelo y ya tenía varias denuncias por irregularidades. En junio del año pasado, la Secretaría de Salud del Cauca suspendió los servicios de su centro médico en Popayán por fallas del servicio y medicamentos vencidos. La misma Fiduprevisora elevó varias denuncias a la Superintendencia de Salud, pero, como no había sanciones administrativas en firme, no le quitó puntos en el proceso de contratación. Además, el único oferente que se postuló para hacerle competencia en la región carecía de una red de IPS suficientemente calificada. De hecho, las exigencias técnicas eran tan altas que muy pocos proponentes se presentaron a la licitación, solo 19 para las 10 regiones. Pocas prestadoras de salud tienen la capacidad de desplegar una red hospitalaria tan amplia que abarque hasta el municipio más remoto donde hay un maestro. En total, 16 departamentos terminaron en manos de un único proponente.
UN MEJOR SERVICIO
Ante las posibles irregularidades en la prestación del servicio, el nuevo modelo de contratación tiene dientes para sancionar a las prestadoras. “Ya no es una observación; ahora es un incumplimiento del contrato y eso tiene implicaciones más graves. Lo que sigue es que las auditorías obliguen a cumplir los contratos; ahora es un problema de exigir y sancionar a quienes no cumplan”, dice Martínez. En especial porque el sistema de salud de los maestros está hecho para que sea mucho mejor que el de cualquier EPS. No solo hay más garantías por contrato, tiempos y cobertura de la red, sino que el Fomag recibe 62 % más recursos por usuario que el régimen contributivo. Un modelo con más capital debería garantizar un servicio mucho mejor, pero las prestadoras están colgadas. En todo caso, estas se comprometieron y tendrán que cumplir. Los meses siguientes serán decisivos en este sentido. Según la Fiduprevisora, el nuevo sistema deberá funcionar en pleno, sin procedimientos represados del año anterior, a más tardar en mayo. Las primeras auditorías tendrán que dejar prueba de la falta de servicio que denuncian los maestros. El nuevo modelo de salud tiene que demostrar que todos estos supuestos beneficios son tan buenos como dicen. Lo único cierto hasta el momento es que el sistema no ha dado buenos resultados.