Hoy serán velados en Bogotá la esposa y el hijo del oficial Camelo
Los cuerpos llegaron ayer al país mientras, en Túnez, identificaron un tercer autor material.
Los cuerpos de Myriam Martínez, esposa del general (r) José Arturo Camelo, y de su hijo Enrique, que perdieron la vida el pasado miércoles en Túnez, víctimas de un ataque terrorista perpetrado por el Estado Islámico, llegaron ayer a Bogotá sobre las 4:20 de la tarde en un vuelo Air France proveniente de París.
Las exequias se realizarán hoy en el cantón norte, lugar donde fueron trasladados ayer para la velación.
El general Camelo, quien en este momento está atravesando una de las peores situaciones de su vida, prefirió no dar declaraciones al respecto y pidió prudencia a la prensa durante las ceremonias fúnebres.
Mientras tanto, en Túnez, Durante una ofrenda floral delante de la puerta del Museo El Bardo, escenario de la tragedia en la que perdieron la vida 21 personas -20 de ellas turistas extranjeros-, y fueron abatidos dos terroristas, el presidente del país, Beyi Caid Essebsi, admitía ayer que fueron tres, y no dos, los autores materiales y que uno de ellos está en proceso de búsqueda y captura.
“No llegará muy lejos. “Es seguro que había tres, han sido filmados por las cámaras e identificados. Están los dos que fueron abatidos y uno que corre hacia alguna parte. Pero de todas maneras, no podrá ir muy lejos”, afirmó.
Los dos atacantes muertos fueron identificados como Yasine al Abidi y Hatem al Jachnaui, miembros al parecer de una hasta la fecha desconocida célula del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Túnez.
El padre de uno de ellos reveló, el mismo miércoles, que carecía de noticias sobre el paradero de su hijo desde hacía tres meses y que lo último que había sabido de su destino era que había viajado a Siria e Irak para sumarse a la lucha del EI.
El huido parece responder al nombre de Maher Ben Muldi Gaidi, sobre quien pesa ya una orden de búsqueda y captura como “presunto implicado”.
La confirmación de que Gaidi pudo escapar del cerco de la policía y desaparecer en las calles de los barrios empobrecidos y radicalizados que rodean la zona de El Bardo, intensificó las críticas a las Fuerzas de Seguridad, a las que la prensa y los analistas acusan de haber cometido una larga cadena de errores.
“Hay muchas cosas que deben ser explicadas, como la ausencia de vigilancia cuando se habían conocido las amenazas”, explica un periodista tunecino que prefiere no ser identificado.
Ante esta cadena de fallos, el ministro tunecino de Interior, Mohamad Nayem Garzalli, relevó ayer a los responsables de diez departamentos de seguridad y distritos de la capital “considerados sensibles”