POSDATA PARA EL MES DE LOS VIEJOS

Hay columnas de opinión que se reviven como por arte de birlibirloque. Me pasó estos días con una articulito mío titulado “Diez mandamientos para no envejecer”, de 2009. Una amiga y excompañera de trabajo a quien encontré inesperadamente, me mostró, con sincera alegría, el articulito en mención. Yo ya ni me acordaba. Lo guardaba en su celular y lo leía para enfrentar el reto de cada nuevo día. Que conste, es siempre el primer día del resto de la vida. De ese resto de la vida que, sea dicho sin eufemismos, no es la tercera edad (que, lo repito, no es solo la tercera sino la última), sino la vejez, con sus glorias y con sus miserias.

Sé que su lectura puede servir a algún otro colega de vejentudes, y a mí mismo, pues con- fieso no haber sido capaz de ponerlo en práctica. Lo trascribo en sus enunciados esenciales. Que sea la posdata a este mes de los viejos que termina.

1) Cuidarás de tu presentación personal día a día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida!...

2) No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario...

3) Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia o de caminata diaria. Haz cualquier movimientos que te despegue de la cama y del sillón.

4) Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado: la cabeza gacha, la espalda encorvada y los pies arrastrándose...

5) No hablarás de tu edad ni te quejarás de tus achaques reales o imaginarios. Acabarás por creerte más viejo y enfermo de lo que en realidad estás…

6) Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara...

7) Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida...

8) Trabajarás con tus manos y con tu mente. El trabajo es la terapia infalible...

9) Mantendrás vivas y cor- diales las relaciones humanas. Desde luego, las que tienes en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia... Recuerda: ver, oír y callar.

10) No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor... ¡Mira hacia el futuro con alegría! ¡Ponte nuevas metas, haz planes, sueña!”.

Confieso que al reescribir estas la líneas no me he sentido un día más viejo, sino muchos días más joven. La vida es cuestión de días. O mejor, de un día, de un solo día: el hoy. Que es la equidistancia exacta entre el pasado y el futuro, entre el ayer y al mañana, entre el tiempo y la eternidad, entre la juventud y la vejez, entre la vida y la muerte. Y hay que vivirlo intensamente aunque estemos viejos. O precisamente por eso: porque estamos viejos

La vida es cuestión de días. O mejor, de un día, de un solo día: el hoy.