MÁQUINA DE SUEÑOS
Hay gente que trabaja denodadamente durante largas jornadas para que miles soñemos, hay personajes a los cuales hay que decir mil veces gracias, a Juan Diego Mejía hay que decírselo al menos una vez cada trescientos sesenta y cinco días cuando activa la máquina de soñar que es la Fiesta del libro, en los años que lleva liderando este proyecto de ciudad en la zona norte, ha logrado hacer del libro un objeto de interés público y ha construido junto con su equipo un lugar de encuentro donde coinciden amorosamente textos y lectores. La Fiesta es un sitio abierto e incluyente que se apropia sin mesura del espacio público para que se instalen en él edi- toriales e instituciones culturales, un espacio en el que más que el intercambio comercial entre librerías y compradores, importa la formación de públicos; por allá deambulan niños y adultos en busca de páginas y experiencias que activen su imaginación.
Al sector cultural de la ciudad y del país lo acosa el fantasma de las cifras y el de la consolidación de lectores reales, a la política pública la obsesiona el aumentar los lectores a como dé lugar; en un país, que según muchos, lee muy poco, la Fiesta brinda una respuesta acertada a la pregunta que indaga sobre la formación de públicos y es buen ejemplo de ello, ella ha logrado desarrollar plataformas que activan el interés y el conocimiento alrededor del texto y estimulan la interactividad de diversas disciplinas.
Este año la Fiesta está de cumpleaños, y son diez, bien lo decía Mejía, cuando decidimos ser fiesta, lo hicimos porque somos públicos y eso nos permite ir más allá de la venta, en las ferias del libro, son las cámaras del libro las que privilegian encuentros en los que el factor comercial es determinante, en cambio aquí los intereses van un tanto más allá, a su equipo. “No lo desvela invitar un premio Nobel”, porque ese es el camino “obvio”, el territorio de lo cierto, sus asesores leen durante un año autores distintos y prefieren invitarlos a ellos, a esos nuevos amigos, autores por des- cubrir con textos por explorar, esos desconocidos se quedarán en nosotros, residirán en estas tierras mientras que a los de siempre ya los sabemos.
Este año además, traen un espejo en el cual mirarnos, Medellín, la otra, a la que debemos el nombre, la española, la de los dos mil y pico de habitantes, la cuna de Hernán Cor
tés, esa es la invitada de honor, será hermoso redescubrirnos hermanos y mirarnos ahí.
Pero el libro es mucho más que fiesta, nuestro futuro como país está en juego y lo definirá un texto, dependemos de la comprensión y la lectura que hagamos de él, pero no basta con leerlo, entenderlo nos ayudará a descifrar realidades para decidir si sí o si no, las páginas que recorrerán nuestros ojos, si decidimos enfrentarlo, nos permitirán incluir o excluir a otros o soñar con qué capítulos diversos de nuestra historia son posibles
Este año traen un espejo en el cual mirarnos, Medellín, a la que debemos el nombre, la española, la de los dos mil y pico de habitantes, la cuna de Hernán Cortés, esa es la invitada.