El racismo enfrenta a Hillary y a Trump
Hillary Clinton y Donald Trump se enzarzaron en una guerra de acusaciones sobre racismo mientras intentan ganar el voto de hispanos y negros, electorados claves en los comicios de noviembre.
Si bien el candidato republicano a la vicepresidencia, Mike Pence, consideró en una entrevista a CNN que las acusaciones de racismo de los demócratas “suenan desesperadas”, los afilados dardos han salido de ambas campañas.
El alud de insultos comen- zó cuando Trump dijo que Clinton es “una racista que ve a la gente de color solo como votos, no como seres humanos que merecen un futuro mejor”.
La candidata demócrata replicó enseguida que el magnate “cortejó a los supremacistas blancos” y “ha diseminado el racismo”.
Después, en un mitin en Nevada, acusó a su rival de “haber normalizado a los grupos de odio y ayudado a los radicales a dominar el Partido Republicano” con su “campaña construida sobre el prejuicio y la paranoia”.
Pero Trump reavivó la polémica al retuitear un mensaje de dos seguidoras negras que relacionaban a Clinton con un antiguo miembro del Ku Klux Klan, el fallecido senador de West Virginia Robert Byrd.
Esta guerra de acusaciones coincide con la nueva estrategia de Trump para acercarse al votante negro e hispano, dos electorados clave con los que Clinton le lleva ventaja, diciendo, por ejemplo: “nada significaría más para mí que hacer de nuestro partido el hogar del voto afroamericano”.
Poco después Clinton emi- tía un comunicado para conmemorar el 53 aniversario de la Marcha sobre Washington, que se cumplió ayer, y en la que Martin Luther King pronunció su histórico discurso “Yo tengo un sueño”.
“Lo que nos jugamos en estas elecciones no tiene comparación con nada de lo que hemos enfrentado antes. (...) Esos hombres y mujeres valientes que marcharon, se sentaron y sangraron por los derechos civiles en Estados Unidos no pueden haber eso hecho en vano”, afirmó Clinton sin mencionar el nombre de su rival