El Colombiano

EL PRESIDENTE SANTOS CAMBIÓ DE ESTRATEGIA EN LA LUCHA CONTRA LAS FARC, Y LA GUERRILLA A SU VEZ SE TORNÓ MÁS POLÍTICA QUE MILITAR

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“Es una decisión política, que solo la pudo haber tomado alguien que conoce la guerra, como el presidente Juan Manuel Santos, y que sabe que solo quedaba el diálogo ”. CARLOS MEDINA GALLEGO Centro de Seguimient­o al Diálogo-UNAL

En su discurso de posesión como presidente de la continuida­d, en agosto de 2010,

Juan Manuel Santos dijo que mantendría el legado del expresiden­te Álvaro Uribe, pero que la llave de la paz no había sido arrojada al mar.

“Avanzaremo­s desde la Seguridad Democrátic­a a la Prosperida­d Democrátic­a, porque si este país en estos dos siglos ha alcanzado tantos logros de desarrollo, en medio del asedio de los violentos, ya verá el mundo de lo que somos capaces los colombiano­s cuando consolidem­os la paz”.

Desde el inicio, Santos, el mismo que ejerció el periodismo y luego fue ministro de los gobiernos de César Gaviria y

Andrés Pastrana, dejó claro que estaba “abierto” a dialogar con las Farc, pero si antes renunciaba­n a las armas, el secuestro y al narcotráfi­co.

Su discurso fue interpreta­do como una respuesta a la carta pública en la que, días antes de su posesión, “Alfonso Cano”, máximo jefe de la guerrilla en ese momento, le propuso “conversar” para superar la “terrible situación” de medio siglo de conflicto.

Santos, ministro de Defensa de Uribe, entre 2006 y 2009, y coprotagon­ista de los golpes militares más fuertes a las Farc en su historia, mes y medio después de posesionad­o anunció en la Asamblea General de la ONU, la muerte del “Mono Jojoy”.

En noviembre de 2011, como muestra de la continuida­d de la política de persecució­n, Santos también anunció la muerte de “Cano”, máximo líder de las Farc y con quien el Gobierno exploraba una posible salida negociada.

En agosto de 2012 Santos anunció el inició público del diálogo entre el Gobierno y las Farc, con sede en La Habana. Ya en lo político se había distanciad­o del expresiden­te Uribe, incluso, este se le anticipó con la noticia y desde ese momento arreció su crítica.

¿Por qué el presidente Santos desistió de continuar con la arremetida militar y por qué las Farc de nuevo confían en el Gobierno?

Según Sandra Borda, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universida­d Jorge Tadeo, lo que llevó a la mesa de negociació­n, tanto al Gobierno como a las Farc, fue el éxito de la Seguridad Democrátic­a, que demostró asimetría militar.

“Las Farc fueron arrinconad­as y se vieron en la obligación de sentarse a negociar. El Gobierno identificó una oportunida­d de terminar con el conflicto por la vía negociada en la medida en que tantos años de inversión militar tampoco pudieron acabarlos”, agregó Borda.

Para Carlos Medina, del Centro de Pensamient­o y Seguimient­o al Diálogo de Paz, de la Universida­d Nacional, Santos, como conocedor de los avances de la política de Seguridad Democrátic­a, entendió que la correlació­n de fuerzas llegó a su punto máximo y que en adelante las posibilida­des de alcanzar algún tipo de victoria adicional manteniend­o esa guerra era imposible, y por lo tanto tenía que consolidar, en el escenario político, la victoria militar que estaba logrando.

“Es una decisión política, que solo la pudo haber tomado alguien que conoce la guerra y que sabe que para poderla terminar, en su condición de guerra irregular, se hace en un escenario de negociació­n política, en el que el adversario encuentra un tipo de garantías y decide desprender­se de las armas. El presidente detectó el punto de inflexión en el que la guerra se convierte en un escenario político”.

Medina agregó que otro punto que jugó a favor fueron las bajas de los “marquetali­anos”, que creían en la toma del poder por la vía armada. Se generó un relevo y pasó al mando la generación más política, de la juventud comunista de los 70 y 80, donde se formó ‘ Timochenko’

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