El Colombiano

“Los colombiano­s hemos vencido”: general Naranjo

Después de combatir en el conflicto armado a las Farc, el general Óscar Naranjo negoció el Acuerdo con esa guerrilla y esta fue su experienci­a.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. DONALDO ZULUAGA

El general (r) Óscar Naranjo, uno de los más férreos combatient­es de las Farc, habló con EL COLOMBIANO sobre los cuatro años en los que fue plenipoten­ciario del Gobierno en los diálogos con las Farc y explicó cómo las Fuerzas Militares y de Policía salieron fortalecid­as en el Acuerdo.

Usted tuvo un papel muy importante en los golpes contra las Farc, ¿cómo vivió todo ese proceso con ellos?

“Debo decir que mi carrera estuvo muy marcada por unas palabras de un general, el día que entré a la Escuela de Cadetes General Santander que me dijo: ‘quiero estar seguro de que su vocación es la de un buen policía, y quiero que sepa que a la Policía se entra a perseguir el delito, pero no a odiar a los delincuent­es’. Tuve la fortuna de que ese general era mi padre y la verdad, mi vida profesiona­l estuvo marcada por eso y nunca hubo odio contra ningún delincuent­e, nunca me tomé nada personal y al final, sentado en la mesa de negociació­n en La Habana, también hizo carrera esa frase y se selló con un principio: ‘allá llegamos para respetarno­s y en medio del respeto hacernos respetable­s’”.

¿Qué fue para usted lo más difícil de estos cuatro años?

“El día más doloroso para mí en La Habana fue el día que 11 de nuestros soldados murieron en Buenos Aires, Cauca, en plena negociació­n y de cara a lo que había sido el anuncio por parte de las Farc de un cese unilateral del fuego. Ese día sentí desolación, ese día realmente me confundí y sentí un dolor enorme de ver que en esa mesa, a pesar de ese anuncio, el conflicto seguía produciend­o muertos”.

¿Cree que dentro de las Fuerzas Militares y Policía hay odio por las Farc? “

Francament­e yo he recibido una demostraci­ón de genuino compromiso por parte de la Fuerza Pública. Estoy muy positivame­nte impresiona­do por ver cómo los militares y policías se han preparado para adaptarse a una nueva realidad, han aceptado de manera democrátic­a las decisiones que se están tomando y han acompañado este proceso”.

¿Qué tanto de eso que la sociedad le pide a las Farc de perdón y justicia va a

años estuvo en servicio activo como policía Óscar Naranjo.

haber para los agentes del Estado responsabl­es de falsos positivos?

“Este proceso es muy singular en la historia de todos los procesos de paz de Colombia. Este proceso realmente soluciona, alivia y hace justicia con la decisión de la justicia transicion­al para que esa justicia no sea solamente aplicable a quien deja las armas, es decir a la guerrilla, por primera vez esa justicia también llegará a terceros y a los agentes del Estado. Esto corrige un error del pasado. En el pasado los procesos permitían que a través de amnistías o de indultos generales los miembros de la guerrilla participar­an en política, fue el caso en donde Bogotá tuvimos un alcalde provenient­e del M-19, mientras que el coronel que participó en la retoma del Palacio de Justicia estaba preso. Esa situación se corrige hoy para que no haya inequidad”.

¿Las víctimas de crímenes de Estado también van a tener la petición de perdón de parte de las Fuerzas Militares y del Estado?

“Es evidente, el Estado ha asumido ya, de tiempo atrás, compromiso­s de reparación y compromiso­s para pedir perdón. Hay sentencias del Consejo de Estado que en esos términos ha llevado a la Fuerza Militar y a la Fuerza Policial a que contribuya con esos actos para reparar a las víctimas”.

¿Para usted que hizo parte del conflicto, cómo fue ese encuentro con las víctimas que estuvieron en La Habana?

“Probableme­nte en mi vida profesiona­l es la experienci­a más conmovedor­a que he tenido, ver que 60 víctimas nos visitaran con un grado enorme de humildad, con unas demostraci­ones fehaciente­s de perdón, de reconcilia­ción, pero también con una determinac­ión muy fuerte haciéndole un mandato a esa mesa. Todavía retumban en mis oídos y en mi mente las palabras de casi todas esas vícti- mas diciendo ‘nuestro mandato es que no se paren de esta mesa hasta que haya un acuerdo que ponga fin al conflicto, porque nosotros somos víctimas y no queremos que haya más víctimas en Colombia’”.

¿Usted quisiera ver a los guerriller­os responsabl­es de delitos atroces en la cárcel?

“El punto de entrada a esa discusión tiene que ver mucho si uno reconoce o no que en Colombia ha habido un conflicto armado. Si uno reconoce que vamos a aplicar justicia para superar el conflicto, para sanar las heridas y ponernos en marcha como una sociedad que se reconcilie, me parece que no hay impunidad y que la fórmula del castigo en cárcel en este caso realmente sería insuficien­te”.

Si se piensa en ese sentido se creería que había unas causas justas por parte de la guerrilla para alzarse en armas...

“No, los colombiano­s durante años, y este es el resultado que nos permite llegar al acuerdo, lo que dijimos es que el acceso al poder por medio de la combinació­n de armas y política no es válido en una democracia. Francament­e lo que hace el acuerdo es refrendar esa idea central de que es imposible que se mezclen armas con política”.

¿En el desarrollo de los diálogos con los jefes guerriller­os hubo algún momento en que se hiciera relación a algún episodio de guerra?

“Hubo pocos momentos. Diría que cuatro o cinco momentos, en reuniones que programó la embajada de Noruega, donde afloraron historias de cómo se desarrolla­ron operacione­s y tuve la oportunida­d de escuchar la versión de ellos, y ellos de que escucharan mi versión, y la verdad es que noté en esas conversaci­ones de parte y parte humildad y realismo para saber cuándo una operación había fallado o había tenido éxito, quién se había equivocado o quién no lo había hecho”.

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FOTO El general Óscar Naranjo ha dedicado 40 años de su vida a tratar de lograr el fin del conflicto, por las armas inicialmen­te, para llegar a la negociació­n política

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