SOBRE EL EDITORIAL DEL CURADOR DEL SPACE
En el editorial del miércoles anterior, se incurrió en una injusticia grande, porque el periódico no tiene ninguna competencia para decir que “… este curador tiene una deuda moral pendiente…”.
Ruiz no tiene nada de que “dar mayores explicaciones” como ustedes anotan. Doña Ángela María Restrepo, que sí cono- ce el tema, fue muy clara a los pies de su editorial.
Este caso ha servido para que de nuevo quede claro lo absurdo de la sociedad que tenemos:
Un periódico que señala las deudas morales.
Un alcalde y un superintendente que piden al ganador de un concurso que renuncie a lo que ganó en franca lid.
Un concejal que argumenta sin conocimiento de causa y en contra de quienes no admiten sus afanes e intereses políticos o personales.
Una universidad regional y seria que admite a concursar a quien ahora le piden, recomiendan o le exigen que renuncie a lo que ganó.
Otra universidad nacional e informal que adelantó varias veces el mismo concurso durante años e incurrió en todo tipo de actuaciones para origi- nar recursos, tutelas, demandas y termina declarando desierto el concurso para atender las solicitudes del anterior alcalde y el anterior secretario de Planeación que también permitieron todo tipo de ilegalidades con las licencias a las viviendas VIS, aún con decretos y resoluciones en contra de la ley.
Ruiz fue absuelto. Mientras no se le condene en apelaciones, sigue siendo inocente. No ha perdido el derecho a concursar y menos al de ganar. Las víctimas de la caída del Space no las mandó él a revisar el edificio. Fue el constructor. El curador no tenía la función de vigilar que el constructor lo hiciera conforme a la licencia, era la Alcaldía. El constructor y el calculista sí saben de qué se está hablando: optimizar los cálculos y aumentar las utilidades bajando costos a costa de vidas humanas