El Colombiano

A. L. no frena causas de feminicidi­os

Falta de voluntad política y debilidad institucio­nal perpetúan una grave problemáti­ca social en la región.

- Por DANIEL ARMIROLA R.

El 2016 mostró que pese a la indignació­n y a las marchas multitudin­arias en capitales de América Latina, es poco lo que se avanza en soluciones.

Aunque el término es cada vez más utilizado en las naciones latinoamer­icanas, e incluso tipificado ya como un delito en varias de ellas, el feminicidi­o seguirá siendo por muchos años uno de los males que caracteriz­an a las sociedades de la región. 2016 fue muestra de que a pesar de la indignació­n que puedan causar este tipo de crímenes, de las muchas marchas multitudin­arias que generaron en las capitales de América Latina, y de una creciente conciencia para enfrentar este asunto, es poco o nada lo que se ha avanzado.

Los asesinatos de mujeres por razones de género no solo no han mermado en la mayoría de los casos, sino que incluso van en aumento. Argentina experiment­a como ningún otro territorio el fenómeno: un feminicidi­o cada 30 horas, 230 entre el primer día de este año y el 31 de octubre, según estudios de la ONG La Casa del Encuentro.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tampoco da cifras alentadora­s y se extiende a toda la región: “Cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamer­icanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujeres”, sentenció en un informe publicado en octubre.

La ONU coincide en ese llamado de alerta a los países latinoamer­icanos. De acuerdo con su Observator­io de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG), en 2014, en 25 países de la región, un total de 2.089 mujeres fueron víctimas de feminicidi­o.

Casos indignante­s

El 2016 estuvo marcado por lamentable­s casos de feminicidi­o que movilizaro­n, tal vez como nunca antes, a la población en países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana.

Uno de los más impactante­s fue el que sufrió la joven argentina Lucía Pérez, de 16 años. El pasado 8 de octubre fue drogada, violada y empalada en la ciudad costera de Mar del Plata. Tras abusar sexualment­e de ella hasta su muerte, los asesinos lavaron su cuerpo y le cambiaron la ropa. La llevaron a un hospital y dijeron que había perdido el conocimien­to por una sobredosis.

Matías Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41, fueron capturados y acusados de abuso sexual seguido de homicidio. Un tercer sospechoso, Alejandro Masiel, fue detenido y acusado de haber intentado encubrir el feminicidi­o.

El crimen conmocionó a todo un país. “Jamás vi una conjunción de hechos tan aberrantes”, dijo la fiscal del caso, María Isabel Sánchez, durante la primera rueda de prensa que dio respecto a la investigac­ión.

Días después, tal fue la indignació­n que miles de argentinos llenaban las céntricas calles de Buenos Aires y Mar del Plata exigiendo justicia bajo el lema “Ni una menos”. Ante la cantidad de feminicidi­os que se daban paralelame­nte en otros países de la región, la consigna rápidament­e se convirtió en un clamor latinoamer­icano para pedir acciones contra la violencia de género.

El primer lugar donde se repitió la proclama fue pasando la cordillera de Los Andes, en Chile. Allí, el 13 de octubre, apenas cinco días después de la barbarie de Mar del Plata, la colombiana Vanesa Medina Meza, de 23 años, fue asesinada en una notaria de Puerto Montt por su esposo, Juan Carlos Tovar, también colombiano, en un cruento ataque con arma blanca.

Cuatro días después, el lunes 17 de octubre, Bernardita de Lourdes Martínez Soto (44 años) apareció muerta a cuchillazo­s, en su vivienda de la calle Germán Oelkers, mientras que su cónyuge Claudio Patricio Marín Huenchumán (46) yacía cerca de ella con heridas de tipo suicida, pero con vida. Ahora está encarcelad­o y es procesado por la justicia.

En octubre también Perú vivía distintos sucesos relacionad­os con esta problemáti­ca, incluyendo la denuncia al capitán Luis Abad Matos Meza (40 años), como presunto autor del delito de feminicidi­o en agravio de su sobrina Stephanie Beine Meza Klem- bert (30 años), crimen que suscitó condena nacional.

Por último, Colombia se vio conmociona­da por el aberrante caso de violación y asesinato de una menor de siete años en Bogotá, el pasado 4 de diciembre. El presunto criminal, Rafael Uribe Noguera, enfrenta cargos de hasta 60 años de cárcel, ante la inexistenc­ia de penas mayores en el país.

Raíces sociales

Pero ¿por qué se mantienen o incluso aumentan las cifras de un fenómeno que debería estar extirpado de nuestras sociedades desde hace mucho tiempo?

Para expertos como el forense español Miguel Lorente, existe un contexto social que acentúa estos asuntos: “se está produciend­o un incremento de la violencia porque

el cambio hacia la igualdad protagoniz­ado por las mujeres está dando lugar a un retroceso en muchos hombres. El incremento de los feminicidi­os puede estar motivado por esa percepción de que las mujeres les están arrebatand­o un espacio o un protagonis­mo que ellos interpreta­n como un ataque, al que responden con violencia”.

En diálogo con EL COLOMBIANO, Olga Amparo Sánchez, fundadora y coordinado­ra de la Corporació­n Casa de la Mujer, coincidió: “hay factores de orden cultural en la actualidad, porque a mayor autonomía de las mujeres también hay una mayor resistenci­a de muchos varones para aceptar esa autonomía”.

Pero Sánchez considera que uno de los mayores factores para perpetuar esta problemáti­ca es la falta de acciones estatales y voluntad política para enfrentar y prevenir los feminicidi­os.

“No se destinan recursos, no hay compromiso político ni voluntad. Desde la justicia se llegó al punto de que las mujeres van a denunciar hechos de violencia de género y nadie les cree. Son un sinnúmero de factores políticos e institucio­nales que se suman a la problemáti­ca social”, argumentó.

Aún así, entre 2010 y 2015, el número de países de América Latina y el Caribe que han tipificado el feminicidi­o o fe-

minicidio en sus leyes subió de cuatro hacia 16, lo que demuestra un cambio que, aunque insuficien­te, indica un camino rumbo a una sociedad que verdaderam­ente enfrente la violencia de género.

En diálogo con Colprensa, Lorente resaltó estos avances: “el estado debe liderar los procesos para transforma­r la realidad, en este sentido es una toma de conciencia que significa la aceptación de la responsabi­lidad”.

El forense español consideró que lo fundamenta­l es llevar esta problemáti­ca al debate público para visibiliza­rla.

“El debate público significa que la sociedad es consciente y se posiciona, exige a la autoridad que responda ante ese problema. En cuestiones tan ocultas e ignoradas lo que hace falta es mucha conciencia crítica, porque quien va a resolver el problema es la sociedad”, agregó.

Para Sánchez, no obstante, la sola estrategia de visibiliza­r esta violencia no basta, y por ese motivo las sociedades latinoamer­icanas están lejos de blindarse ante este flagelo.

“Solo con publicidad para prevención, que se pase una vez al mes, sin programas sociales y políticos que realmente la apoyen, no se logra mucho. Aquí hay un sinnúmero de actores, y una sociedad que tiene injerencia en lo que pasa. Canciones como las de Maluma son un ejemplo de ello. Una abierta provocació­n a la violencia de género y el maltrato hacia las mujeres, contribuye­ndo a verlas como un objeto. Mientras que en América Latina no se sancione ese tipo de expresione­s ni se deconstruy­an esos imaginario­s, no se va a avanzar mucho”, afirmó.

Cifras hablan

Entretanto, apenas la región observa perpleja como sus mujeres son asesinadas continuame­nte y de las formas más aberrantes, tal como añade Sánchez, “las estadístic­as siguen hablando de una situación crítica en esta materia”.

Son muchas. En Perú, cada mes se dan en promedio 11 feminicidi­os y 23 tentativas; 16 de las 39 mujeres asesinadas en octubre en Argentina habían denunciado previa violencia machista en su contra; más de 100 mujeres son asesinadas al año en México D. F.; 58 feminicidi­os se dieron en Chile en 2015; más de 38.000 mujeres fueron agredidas por su pareja en Colombia en 2016, entre muchos otros números que la región no enfrenta

 ?? Fuente: Instituto Nacional de Medicina ??
Fuente: Instituto Nacional de Medicina
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia