El Colombiano

NO SIEMPRE SE SEPARAN NIÑOS DE CASA

-

Uno se pregunta qué hace un niño de diez años andando las calles solo, vendiendo dulces en los buses o en cualquier negocio. Sobre todo uno que lleve un libro en la mochila; que se adelante a los demás en su colegio y sueñe con estudiar en una universida­d privada y viajar para saber si Los Ángeles es una ciudad con playas hermosas o llena de tráfico y basuras, porque ha escuchado las dos cosas.

“Mi mamá antes me dice que no me ponga a trabajar, que con ella no me falta nada. Pero yo estoy cansado de que ella tenga que trabajar todo el día, levantarse antes de las cinco de la mañana a lavar, a cocinar... para mí es muy maluco. Por eso quiero trabajar para tener mi propia plata, comprarme mis cosas y quitarle una carga de encima a mi mamá”, responde él.

El pequeño habla al tiempo con los ojos, con las manos y con la voz, que todavía es dulce. No dice groserías. Cuenta que este año ganó el cuarto grado, que sacó otra vez el primer puesto de su clase, en el colegio Fe y Alegría Santo Domingo Savio; que le van a hacer un examen para saber si pasa a sexto o a séptimo. Se emociona con que su nombre y sus palabras se lean en el periódico.

Pero su nombre no saldrá, no es prudente que salga, aunque él no siente vergüenza por lo que hace. Llamémoslo James, para darle uno que no lo señale.

—¿Sabes que un niño como tú no debe trabajar?

—Yo sé, pero me está yendo bien. Y como la policía no tiene en mente que yo venda, me toca esconderme por “Los niños no tienen por qué trabajar. Y no solo tienen que dedicarse al estudio; necesitan además recreación y crecer en un ambiente integral de protección y afecto, no solamente en el aspecto económico”, considera la directora del Icbf en Antioquia, La entidad registró el ingreso de ocho niños en 2015 por trabajo infantil y 14 en 2016. Otros ingresaron por la vulneració­n de otro de sus derechos pero también con afectación por el mismo tema. Hay, además, procesos se resuelven ante los comisarios de familia o defensores del Icbf. El Instituto tiene a disposició­n de la comunidad la línea 141, a la que puede llamar cualquier ciudadano, incluso los menores, para que los profesiona­les de la entidad atiendan cualquier caso en el que se vulneren los derechos de los niños y determinen si se puede resolver en el entorno de la familia o si es necesario protegerlo­s hasta que se supere la situación por la que atraviesan en casa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia