“Piel”, lista para vivir el Festival
Con los uniformes en las manos, los protagonistas anhelan que comience la fiesta deportiva.
En los muros de cemento que rodean los árboles de la unidad Atanasio Girardot, los niños sonreían y esperaban el acto de entrega de uniformes del Festival de Festivales, mientras unos ya practicaban el famoso Dab -baile usado por futbolistas como Paul Pogba- pensando en cómo celebrar los goles.
Las nubes grises abrían y el sol, como cada vez que se presenta este acto que sirve de preludio a la fiesta infantil del deporte, comenzó a recalentar la gramilla sintética de la Marte Uno.
La cita era a las 10: 00 a.m., pero en los alrededores del icónico escenario había una multitud desde una hora antes. Entre ellos, la delegación de fútbol de Apartadó, que le madrugó al Festival llegando desde el martes para adaptarse al clima de Medellín, asistió ilusionada.
“Recibir el uniforme es la primera muestra del sueño que estamos viviendo, sobre todo para los niños, para quienes el Festival es como un Mundial”, expresó Juan Fernando Grisales, uno de los tres entrenadores.
La tribuna se empezó a colmar (cerca de 4.000 personas asistieron), mientras, en los bajos de esta, el grupo de 28 niños que eran los encargados de recibir la indumentaria en la tarima, de parte los directivos de Los Paisitas y demás autoridades, se entretenían presentándose en una ronda y soltando todo tipo de chistes.
Muy puntuales, antes de las 10: 00 a.m., acudieron a la parte central de la cancha junto con los otros delegados de Los Paisitas, con sonrisas esbozadas y la honra de ser una especie de abanderados.
“Es un orgullo muy grande estar ahí, porque es el inicio de un sueño por cumplir”, comentó Camila Peña, porrista de Bello, una de las 28 seleccionadas.
Las nubes cubrieron un poco e hicieron más aguantable la espera de 40 minutos para el inicio del primer sorbo del Festival -el alcalde Federico Gutiérrez demoró su llegada-.
Tras 20 minutos de discursos, la tribuna empezó a aplaudir, sacar cámaras y registrar cómo sus representantes se ponían la piel con la que van a encarar la fiesta. Hubo delegaciones internacionales estarán en el Festival: Olmeca y Maya, de México, en béisbol.
besos, abrazos y tímidas muecas de los niños, de 12 o menos años que quieren convertirse en héroes, con los dirigentes.
“Tener el uniforme es el primer paso a una experiencia maravillosa, ya tuve la fortuna de estar acá y es el torneo más grande de todos”, argumentó Andrés Felipe Lopera, jugador de baloncesto de Itagüí.
Así, con el traje puesto para afrontar la batalla, los niños se saltaron el protocolo y corrieron felices por la simbólica Marte, mientras el sol seguía encandilando el aperitivo del ansiado Festival.
Afuera, varios de los asistentes insistían en la mejora del Dab para tener una celebración “fina”