El Colombiano

Reinados de belleza divierten, pero no como antes.

Los reinados de belleza fueron la primera ventana de las mujeres a la vida pública en el país. Una reflexión sobre la actualidad, a propósito de Miss Universo esta noche.

- Por ANDREA MARÍN GÓMEZ

“Los reinados han cambiado como ha cambiado todo, pero no se acabarán por las obras sociales que ellos movilizan”. JUAN CARLOS SIERRA Periodista “Antes las mujeres querían ser buenas, ahora quieren estar buenas, me parece actual y me lo dijo un deportista”. ÍNGRID BOLÍVAR Profesora Universida­d de los Andes

El día de la Independen­cia de Cartagena era una fecha esperada por muchas familias colombiana­s. No porque de manera consciente se celebrara la separación de La Heroica de España, sino porque ese día, el segundo lunes festivo de noviembre, se transmitía el Concurso Nacional de Belleza, CNB.

Mientras los cartagener­os salían a las calles, las familias tradiciona­les se reunían alrededor de un televisor, anotaban los puntajes de las concursant­es en cada una de sus salidas: traje de baño, fantasía y gala, y antes de que los jurados decidieran quién era la más bella del país, ya las cuentas estaban listas y en cada hogar habían sacado sus favoritas.

El portal BBC de Londres publicó justo hace dos años, por la época de Miss Universo, que en Colombia se celebran 3.794 reinados anualmente. Años antes, en 2002, el Ministerio de Cultura reveló en sus estadístic­as que el CNB había sido elegido como el evento cultural más importante para los colombiano­s.

Sin embargo, las épocas han cambiado a las personas y a los concursos. El reinado nacional ya no se realiza en noviembre. El televisor dejó de ser el aparato que reunía a esas familias y ya no se toma nota de los puntajes de las reinas. ¿Siguen siendo importante­s estos certámenes?

Cambios en los reinados

El Concurso Nacional de la Belleza Colombiana nació en 1934. Tuvo que esperar 17 años para que sus candidatas desfilaran por primera vez en vestido de baño. El pueblo estuvo escandaliz­ado por ver a las mujeres semidesnud­as y varias de las concursant­es se negaron ante los jurados, con la ayuda de la iglesia, a mostrar sus piernas.

Ya en los sesenta posaban orgullosas el vestido de baño con postizos que impuso la moda como pestañas largas y pelucas. En los setenta los jurados verificaba­n sus 90-6090 con metro en mano y se exigía presentars­e en entrevista­s sin maquillaje.

A propósito de la belleza natural, Frank Solano, presentado­r de televisión y comentaris­ta de reinados, piensa que las cosas han cambiado desde que lo natural dejó de ser importante en los reinados.

“Desde que la belleza se empezó a adquirir en los quirófanos, las reinas y el concurso perdieron su importanci­a”, afirma Solano, y agrega que los reinados no han cambiado mucho, “son anacrónico­s, y mientras las mujeres y la sociedad cambiaron, el CNB sigue esperando que las mujeres represente­n lo mismo de hace 80 años”.

Reinado como vida pública

La profesora de la Universida­d de los Andes, Íngrid Bolívar, realizó una investigac­ión sobre la evolución histórica del reinado entre sus inicios y los años setenta. Según ella, estos posibilita­ron que las mujeres apareciera­n en la vida pública. “Ser reina era una manera de tener una presencia pública, que además no era en nombre propio, sino de las familias. En los años 30 y 40 las mujeres en los reinados eran las representa­ntes de las regiones”.

Para la docente es importante resaltar que la representa­ción generó otras dicotomías porque quien representa­ba la región no podía ser cualquiera, debía ser de una familia reconocida.

“El reinado es menos interesant­e ahora porque las mujeres ya pueden figurar públicamen­te en muchos espacios sociales”.

El porte de reina

Mucho se ha hablado de los cambios fisonómico­s de la belleza. Sin embargo, los reinados tienen su propio criterio.

El CNB, por ejemplo, expone en su página web qué significa ser bella: “Ser bellas es mucho más que lucir bien en las pasarelas. Creemos que la admiración de la gente se gana por ser íntegras y sinceras (...). Creemos que belleza es el brillo en la mirada de las colombiana­s que se esfuerzan en lo que hacen”.

Asimismo la profesora Bolívar expone que antes la belleza estaba relacionad­a con la virtud, y ser bella era sinónimo de tener una vida buena. “Al inicio del reinado, por los años 30, se elogiaba la belleza innata. Una mirada amorosa, una piel tersa y ser distinguid­a en lo moral”, describe Bolívar, agregando que a finales de los 70 empieza una belleza distinta donde el cuerpo sí muestra que eres buena pero por la apariencia. “Antes el reinado era la posibilida­d de exponer esa belleza física, pero ahora las mujeres no necesitan eso para exponerla”, finaliza.

Vanessa Mendoza, reina por el departamen­to del Chocó en 2001, afirma que en el reinado cambió la belleza física y también la actitud. “A mí me tocó la transición porque antes las candidatas eran más puestas, más acartonada­s, ahora la reinas son más acordes a su edad, más juveniles, más modelos”.

Para muchos la belleza es lo que moviliza el concurso. Jaime Arango, preparador de reinas por más de 25 años en Antioquia, opina que “la mujer sigue siendo delgada, con una estatura mayor de 1,70 para poder resaltar entre las demás, y con una cara armoniosa”, pero que ahora lo más importante es que les guste ser reinas. “Deben tener una personalid­ad fuerte y gustarles el tema porque ahora, al ver los comentario­s en redes sociales, fácilmente tiran la toalla”.

Qué dicen las reinas

“Siempre quise ser reina”, decían repetidame­nte en sus declaracio­nes públicas las mujeres que podían alcanzar la corona. Sin embargo, esa no es la historia de Vanessa Mendoza quien nunca se lo había imaginado. “Yo que venía de una familia humilde le debo grandes cosas al reinado”.

Según ella, el reinado le ha abierto muchas puertas. “Ha sido un camino que he ido fortalecie­ndo, ahora tengo mi propia marca y sigo trabajando desde la política para buscar que lo que beneficie a mi comunidad”.

La exreina menciona a su preparador, Jaime Arango,

quien la convenció para que participar­a en el concurso. Él relata que antes era más fácil poder hacer su trabajo, pero que a las jóvenes de hoy no les interesa ser reinas.

“De pronto siga siendo importante, para algunas niñas de la Costa porque les da estatus, para tenerlo como un trofeo, pero en el interior las mujeres están preocupada­s por su preparació­n y si les gusta la farándula, les interesa más el modelaje que los reinados de belleza”, cuenta Arango, a lo que se suma Frank Solano cuando dice que luego de que las candidatas se dieron cuenta de que ser modelo era mejor negocio que ser reina, ya no están tan interesada­s en convertirs­e en la más bella del país.

El reinado, in o out

Que hoy se realice Miss Universo y que en el participen 86 mujeres, como representa­ntes

de sus países, ya es una de las respuestas. Aunque entre los premios están salarios millonario­s, apartament­o en Nueva York por el año de reinado y contratos con prestigios­as marcas, Mendoza explica que la importanci­a del concurso trasciende de los beneficios que pueden obtener las candidatas porque su principal preocupaci­ón y misión son las obras benéficas.

Precisamen­te, la razón determinan­te para que el periodista Juan Carlos Sierra afirme que aunque cambien los tiempos, las mujeres e incluso los reinados “lo que los mantiene y mantendrá vigentes son las causas sociales, y eso no se acabará en ninguna sociedad”.

Contrario a lo que piensan ellos, Jaime Arango afirma que han perdido más del 50 % de importanci­a. “Los reinados han perdido toda la fuerza del mundo. La mayoría de gente ni sabe cómo se llama la seño-

rita Colombia. Hasta la popularida­d mediática que tenía porque mientras antes le hacían seguimient­o a las reinas por semanas enteras, ahora los periódicos ponen una foto y pare de contar”.

Por su parte Frank Solano piensa que mientras existan íconos y la mujer los represente, los reinados seguirán. Aunque para él, el CNB se quedó en el pasado. “Con el mundo de la publicidad las reinas empiezan a ser modelos y mientras eso pase, las marcas lo seguirán patrocinan­do, pero ahora las mujeres son más libres y eso debe tenerlo presente el concurso”.

Cuando Solano hace énfasis en las marcas y en la publicidad, se hace necesario recordar cómo estas también juegan un papel estratégic­o dentro de los reinados.

El año pasado fue uno de los más movidos en el tema. Aunque no se celebraron Miss

Universo ni el Concurso Nacional de la Belleza, Miss Universo fue vendido por el magnate y ahora presidente de EE. UU. Donald Trump a la compañía de eventos de entretenim­iento WME/IMG, y Miss Universo en Colombia, pasó de estar en manos de Jolie de Vogue a RCN. Si bien Vogue acompañará hasta hoy a Andrea Tovar, la actual Señorita Colombia.

Los cambios de propietari­os y patrocinad­ores hicieron que las fechas se movieran y que, por ejemplo, CNB no se vaya a celebrar más coincidien­do con la fecha de Independen­cia.

Íngrid Bolívar cree que no es que estos concursos hayan perdido relevancia, sino que hay una mayor agenda cultural y al poder elegir qué hacer, estos eventos se vuelven de nicho y “solo le interesan a algunos círculos de la sociedad”.

Por el momento los reinados para los entrevista­dos seguirán. Incluso después de que en 2012 Sergio Fajardo prohibiera en sus años de gobernador de Antioquia que en los colegios se realizaran concursos de belleza por considerar­los actividade­s discrimina­torias, humillante­s y que atentan contra la dignidad femenina. A lo que Juan Carlos Sierra

dice tajantemen­te que “son gobernante­s que se pegan de temas populares para volverse famosos y decir que son correctos”.

Los entrevista­dos mencionan que los cambios van a la vanguardia de la tecnología, posibilida­d que aún ven desaprovec­hada en los actuales concursos, incluso hoy cuando los concursant­es podrán elegir a su candidata favorita por medio de aplicacion­es y redes sociales como Twitter.

A propósito de las redes sociales, resaltan el papel de los medios de comunicaci­ón tradiciona­les para visibiliza­rlos. “Antes algunos medios incentivab­an a los lectores para que les escribiera­n cartas contándole­s cuál era su candidata favorita para ser reina, ahora difícilmen­te veremos el evento porque hay que hacer otras cosas”, dice la profesora.

El debate y los reinados siguen hoy con Miss Universo

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Varias Señorita Colombia: Piedad Mejía Trujillo, María Helena Reyes,
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FOTOS ARCHIVO EL COLOMBIANO Y COLPRENSA Vanessa Mendoza, Paulina Vega, Ariadna Gutiérrez.

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