Débil y todo, consumo de hogares impulsó PIB 2016
Gasto de los hogares solo creció 2,1 %, mientras la demanda interna final apenas varió 0,3 %, según el Dane. ¿Qué afectó la decisión de gasto?
El consumo de los hogares colombianos, dentro del país, creció en 2016 apenas 6,84 billones de pesos. Y eso que parece mucho, apenas es un aumento de 2,1 % frente a 2015, el más bajo desde hace siete años, cuando solo fue de 0,9 %, según los datos publicados ayer por el Dane.
Y esto toma importancia, pues el consumo de hogares, que sumó 350,13 billones de pesos en las cifras oficiales, es el componente que, por el lado de la demanda, más aporta a la expansión del producto interno bruto (PIB), indicador con que se mide el crecimiento de la economía, y que en 2016 apenas se expandió 2 % anual –ver gráficos–.
Por eso, si al consumo de los hogares le va bien, a la economía igual, pero no fue así el año pasado, a pesar de que representó 64,67 % del PIB.
Las razones principales que frenaron el consumo de hogares en 2016 empiezan por el incremento de la inflación, que llegó a una tasa anualizada de casi 9 % en julio y terminó el año en 5,75 %. Se sumó el aumento de tasas de interés en tarjetas de crédito y préstamos de consumo. Se añadió una mayor incertidumbre económica y política, que aplazó compra de bienes durables, como vivienda
Entre tanto, una volátil tasa de cambio puso caro el dólar, y esto restringió compra de importados, desde vehículos hasta alimentos procesados. Y, para ajustar, hubo una baja creación de empleos, con un promedio anual de solo 93 mil personas que dejaron de ser desempleados, según el Dane.
Con todo y esto, le alcanzó al indicador para ser uno de los motores que impulsó la economía en 2016: “por cuarto año consecutivo, vimos que el consumo de hogares, ante una contracción de la inversión, jalonó la economía. La verdad esperaba un crecimiento más bajo, pues en nuestras mediciones el gasto de hogares creció 0,57 %, frente a 5 % de 2015”, comentó a este diario Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar.
Ahora, en las cifras del Dane la importancia del consumo de hogares es notable en su aporte al crecimiento, frente al desempeño de otros componentes del PIB por la demanda. Las importaciones (que pesan 25,87 %) se contrajeron 6,2 %; las exportaciones (pesan 15,54 %), descendieron en 0,9 %; y decreció 0,9 % la inversión (formación bruta de capital, que pesa 27,34 %).
Y en medio de una estrechez fiscal por la desaparición de la renta petrolera, el gasto del consumo del Gobierno apenas se mantuvo (0,2 %). Con todo, la demanda final interna apenas se impulsó en un 0,3 % en 2016, que no se registraba desde 2009, por efecto de la crisis financiera global.
Cómo gastaron los hogares
En ese contexto, llama la atención la distribución que tuvo el bajo incremento del consumo de los hogares. De los 6,84
billones adicionales gastados frente a 2015, 21,8 % se destinó a arriendo y servicios públicos. Le sigue restaurantes y hoteles (un 23,31 %) y alimentos (14,8 %).
Pero hay algo sorprendente: a cigarrillos y trago se destinó un 10,37 %, es decir, 710 mil millones de pesos que, por demás, tuvo con un 8 % el mayor crecimiento anual, de lejos, entre las 12 finalidades en que el Dane desagrega el consumo de los hogares del país.
Incluso esa participación en la variación estuvo por encima de transporte (8,14 %), recreación y cultura (7,51 %) y educación (7,39 %), mobiliario para el hogar (4,24 %) y salud (2,99 %). En cambio, los hogares colombianos disminuyeron en su gasto en vestuario y calzado (-0,32 %) y comunicaciones (-3,45 %).
En ese contexto, Guillermo Botero Nieto, presidente de Fenalco, gremio de los comerciantes, las perspectivas de mejora del consumo de los hogares solo se comenzarán a ver en el segundo semestre.
“La pérdida de confianza del consumidor hace que la gente cuide más su ingreso, pague más deudas y aplace compras. A eso se suma que mucha gente se anticipó a comprar durables a final de año para ahorrarse los tres puntos que subió el IVA, eso anticipó ventas”, explicó el dirigente gremial.
Como medida para alentar el consumo, propuso que la tasa de usura, de referencia para tarjetas de crédito, se fije cada mes y no cada tres, como hace hoy la Superfinanciera