El Colombiano

Loncheras a la medida de los niños

Los alimentos saludables y balanceado­s ayudan al desarrollo físico y cognitivo.

- Por MÓNICA VÁSQUEZ ARROYAVE

La decisión sobre los alimentos a incluir en las loncheras de los niños puede tornarse en una disyuntiva para los padres de familia, en la que los alimentos atractivos pero de bajo valor nutritivo terminan por ser elegidos frente a los saludables, en un afán de satisfacer el paladar de sus hijos y evitar que rechacen la comida. No obstante, para Magnolia Es

cobar Castrillón, nutricioni­sta dietista y magíster en Salud Pública de Nutrición y Figura, la creativida­d juega un papel clave para lograr que las loncheras, bien sean un refrigerio o almuerzo, cumplan con los requerimie­ntos nutriciona­les de los niños en edad preescolar, además de ser variadas durante los cinco días de la semana.

“En general, en esta etapa es muy importante incluir alimentos fuentes de proteínas, presentes en los lácteos como la leche, el queso, el huevo y el pollo; los ricos en calcio como la leche, el yogurt y las barras de queso mozzarella, y un buen contenido de frutas y verduras. Una buena opción puede ser un sánduche de jamón y queso, acompañado de una fruta”, refiere la nutricioni­sta.

En el caso de un almuerzo, explica que se debe incluir un alimento fuente de proteína, es decir cualquier tipo de carne; carbohidra­tos como el arroz, la papa en puré o el plátano maduro; y no deben faltar las verduras, en ensalada o cocidas, así como la fruta porcionada y con toda la pulpa, para asegurar un buen consumo de fibra.

Educación y buenos hábitos

Como lo aclara Escobar, la enseñanza empieza desde la casa, donde hay que ofrecerles a los niños una alimentaci­ón saludable, baja en azúcar y sal, y los padres deben ser muy selectivos en cuanto a lo que les van a enviar a la escuela.

En su concepto, no se trata de ofrecerles una ensalada común y corriente: se debe usar la imaginació­n con frutas como la manzana porcionada o una compota casera de papaya, por la facilidad para llevar y consumir y, en el caso de las verduras, buscar las que sean atractivas para el niño como las zanahorias baby, la arveja, por su forma de bolitas, y el tomate cherry o en rebanadas.

Sandro Gómez Maquet, médico nutriólogo, precisa que, a su vez, los niños deben tener en su lonchera agua para generar el hábito de su consumo, debido a que la recomendac­ión de la Asociación Pediátrica Americana es reducir las bebidas azucaradas como gaseosas, té, jugos de caja, y todas aquellas que contengan esta en su preparació­n.

Con respecto a los riesgos de una mala alimentaci­ón en la edad preescolar, Margarita Martínez, nutricioni­sta, dietista, magíster en Epidemiolo­gía de la Universida­d de Antioquia y miembro de Nutrition Group (mimejordie­ta.com), advierte que si esta es deficiente en hierro existe una mayor posibilida­d de sufrir anemia, enfermedad que es grave en un niño, al compromete­r la capacidad de desarrollo en el crecimient­o y en lo cognitivo, y ocasionar retraso en el proceso de aprendizaj­e.

Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutriciona­l en Colombia (2015), la alimentaci­ón de los colombiano­s es pobre en el consumo de vitaminas y minerales, presentes en las frutas y en los vegetales, y aunque no son los alimentos más costosos, por su carácter perecedero, la gente suele prescindir de ellos, lo que, en opinión de Martínez, genera marcadas deficienci­as de esos nutrientes, que son los encargados de darle funcionali­dad al cuerpo y favorecer el crecimient­o y desarrollo adecuado de los niños

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FOTO SSTOCK

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