Trump se declara víctima de una “cacería de brujas”.
Acorralado por un nuevo coletazo del escandoloso nexo con los rusos, el presidente denunció una “caza de brujas”.
La presunta cercanía de la campaña presidencial de Donald Trump con la cúpula del poder ruso en el Kremlin volvió ayer a acorralar al gobierno de Estados Unidos. La revista The New Yorker, que durante semanas ha informado detalles sobre esos vínculos, publicó ayer un artículo en el que revela una reunión que sostuvo el yerno del mandatario, Jared Kushner, con el embajador de Rusia en EE. UU., Sergei Kislyak.
Desde el miércoles, The Washington Post publicó un reporte en el que afirma que el recientemente nombrado fiscal general, Jeff Sessions, se reunió dos veces con Kislyak durante la campaña. Lo grave es que semanas antes, cuando juraba su cargo ante el Senado, Sessions afirmó: “no tuve comunicaciones con los rusos”. Tras la investigación del Post, cambió su versión el miércoles a “no me reuní con ningún funcionario ruso para discutir temas de campaña”.
El jueves ya decía que era parte de su rol como senador encontrarse con diplomáticos, y que con el embajador ruso hablaron de “cosas normales”.
Ante ese señalamiento y la ambigua reacción del fiscal, la Casa Blanca guardó absoluto silencio durante dos días, hasta que las denuncias aumentaron. Hasta entonces, solo el Kremlin intentó calmar las aguas. “El único consejo que puedo dar es que en estas situaciones deberían evitar reaccionar a esas historias anónimas y basarse solo en comunicados oficiales”, dijo en rueda de prensa Dmitri Peskov, vocero de Putin.
La información de The New
Yorker apunta a que Kushner —señalado como una de las principales fichas de Trump— se reunió con Kislyak en la Torre Trump de Nueva York durante últimas semanas del gobierno de Barack Obama.
En la tarde de ayer, el presidente reaccionó en Twitter con una ofensiva: “Deberíamos iniciar una investigación inmediata sobre los lazos del senador ( Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata) con Rusia y Putin. Un total hipócrita”. El tuit iba en una foto de Putin comiendo donas con Schumer, que había pedido recientemente la renuncia de Sessions.
“Los demócratas perdieron la elección y ahora están perdiendo su noción de realidad. La verdadera historia es sobre todas las filtraciones ilegales de información clasificada. Es una caza de brujas total”, agregó