Geraldine pone el toque femenino de los Cardona
Al igual que Edwin (Monterrey) y Mateo (Once Caldas), ella quiere dejar huella en el fútbol rentado.
De niños, los hermanos Geraldine y Edwin Cardona se iban los fines de semana para la cancha de Belén Altavista, donde vivían. Allí les pagaban por recoger los balones que caían a la quebrada y conseguían algo de dinero para ayudarles a sus padres con los gastos del hogar.
Con el paso del tiempo, encontraron en el fútbol una opción de vida. Edwin, el mayor, juega con el Monterrey de México y la Selección Colombia. Ella actúa con Envigado Formas Íntimas en la Liga Femenina Águila. A los dos se sumó Mateo, vinculado al Once Cal-
das. El menor, Yeison, optó por el estudio y cursa décimo.
“Nuestra niñez fue demasiado dura, pasamos por muchas situaciones. Nos tocó meter las manos al fuego y ponernos a buscar algo para la casa. Luego de superarnos y alcanzar bienestar, es grato recordar esos momentos, ver cómo surgimos”, relata Geraldine, de 22 años y voz suave.
Ella tiene parecido físico a Edwin en su rostro y, al igual que Mateo, los une el gusto por el balón. “Mis padres (Paula y Andrés) están orgullosos por el legado que estamos dejando en el deporte”, agrega esta lateral o volante, que lucha por vestir la tricolor.
Edwin vive pendiente de ellos y les insiste en “tener tranquilidad, responsabilidad y disciplina”. Como respuesta, Geraldine sobresale en Envigado y quiere seguir estudiando. Es auxiliar de Servicio Farmacéutico y desea ser fisioterapeuta. Sabe que le falta “mucho camino por recorrer”