Candidatura de Vargas Lleras, ¿en alto riesgo?
Según varios constitucionalistas, el futuro político del vicepresidente está en manos de los senadores. Otros creen que de todas maneras podrá irse.
El Senado decidirá si acepta o no la renuncia del “vice”. Algunos expertos dicen que esto frenaría su campaña, otros creen que solo la aplazaría.
No es gratuito que el vicepresidente Germán Vargas Lleras haya decidido presentar la renuncia el próximo 14 de marzo, dos meses antes de lo exigido por ley para no inhabilitarse como candidato presidencial. Con el antecedente de hace un año, cuando el Senado estuvo a punto de inhabilitarlo en la reforma del equilibrio de poderes, no podría correr riesgos.
El Senado será el que decidirá si acepta o no la dimisión de Vargas Lleras, y si se da la segunda opción, su campaña se aplazaría, al menos, de manera temporal. Algunos juristas dicen que no hay argumentos normativos para que su salida sea aceptada.
Según el constitucionalista Albeiro Pulgarín, docente jubilado de la U. Nacional, el artículo 205 de la Constitución es muy explícito: solo se consideran faltas absolutas del vicepresidente la muerte, la renuncia aceptada y la incapacidad física permanente, constatada por el propio Senado.
“El retiro del vicepresidente es una actitud no solo antijurídica sino antiética, que va en detrimento de la seguridad del Estado, de la proyección de sus políticas públicas y de lo diamantina que tiene que ser la función pública”.
Pulgarín agregó que otro argumento que podría esgrimir el Congreso es que el constituyente primario lo eligió por un término de tiempo y con unas funciones, y que siendo rígidos con la democracia, quien debería aceptar su renuncia es el pueblo.
En contraposición Bernardita Pérez, docente de Derecho Constitucional de la Universidad de Antioquia, sostuvo que no es posible que el Senado obligue a Vargas a permanecer en el cargo, porque la renuncia es un acto personal. “El Senado no aprueba, acepta. No es discrecional aceptar renuncia, nadie está obligado a estar en un cargo”.
Al respecto Juana Acosta, directora de Derecho de La Sabana, precisó que según el artículo 173 de la Constitución, está en manos del Congreso poder aceptar o no que él se retire del cargo. Agregó que si no existe incapacidad física permanente, se constituiría una falta temporal, que no le serviría a Vargas Lleras para lanzarse a la presidencia.
“Si no se la aceptan no lo están obligado a permanecer, porque Vargas Lleras escogió voluntariamente ser vicepresidente por cuatro años, por votación popular. A los servidores públicos solo se les permite hacer lo que está establecido en la ley, y por eso tiene unos deberes mayores a los de un particular, que podría renunciar libremente a su trabajo cuando lo desee”.
El procedimiento
Alejandro Gómez, director del Centro de Estudios Jurídicos de Eafit, explicó que Vargas deberá presentar comunicación escrita al presidente de la corporación, quien deberá convocar dentro de tres días siguientes a la plenaria. “Se votará previa deliberación si acepta o no la renuncia y decidirá la mayoría de los votos, al no existir mayoría calificada para ello”. Para Andrés Úsuga, docente de Constitucional de Bolivariana, si bien es un atribución del Congreso aceptar o no la renuncia del ‘vice’, es inconcebible que una corporación pueda no admitir la renuncia de un cargo que no existe. “Legalmente un vicepresidente no tiene funciones, no es un funcionario público. Tiene unas tareas que le encomienda del presidente de la República”.
“Sí podrá ser candidato”: CR
El senador Carlos Fernando Galán, de Cambio Radical (CR), dijo que este dilema fue planteado por los enemigos políticos del vicepresidente, como el senador de La U, Armando Benedetti. “Lo quieren frenar e inhabilitar. Si bien en principio el Congreso podría no aceptar la renuncia, confío en que eso no va a suceder.
Por su parte el exministro Andrés Felipe Henao, líder de CR, afirmó que, según un concepto del Departamento Administrativo de la Función Pública, si el Senado no se pronuncia sobre la renuncia, después 30 días hábiles el vicepresidente podrá separarse del cargo sin que se configure un abandono del mismo.
Al Senado también le tocaría exponer “motivos notorios” de conveniencia pública para no aceptar la renuncia