El Colombiano

SOBRE AIRES ENRARECIDO­S

- Por JOSÉ GUILLERMO ÁNGEL memoanjel5@gmail.com

Estación Bocanada, donde se aspira y se expira, se abre la boca y se cierra, los ojos se hinchan y se desorbitan, se traga y se bota, se dice y se calla, se engorda y se enflaquece, se habla y se silencia. Y podría seguir con el inventario de la producción de humo y cortinas de humo, de normas violentada­s y cadenas de asuntos que van de mal a peor, pues en lugar de curar la enfermedad se la engorda con más males. Y en este ambiente endiablado (los demonios abundan y contaminan más), se respiran aires raros, unos de productos químicos y otros políticos, que esto de la contaminac­ión no solo es lo que daña el sistema pulmonar y el nervioso sino también lo que proviene de la corrupción y el mal gobierno que, en estas tierras tan contaminad­as y coloridas, crían flores del mal (tan de Baudelaire) que crecen en desorden, trepan puestos, entran prometiend­o y salen sin cumplir, se muestran como soluciones y desaparece­n dejando el problema. Y en este aire enrarecido, volteando la cara, nada pasa.

El problema de la contaminac­ión (que ahora usa el tecnicismo de partículas móviles) ya no es solo una emergencia ambiental (un eufemismo) sino una constante creciente de gases y desperdici­os que crece los índices de enfermos pulmonares y gente con problemas mentales, sin que pareciera importar o se creyera que, dando largas, el problema desaparece, como enseña la posverdad, que sería esa verdad a la que se le impide que llegue y, mientras tanto, se le cubre el vacío con mentiras. Y así lo contaminan­te no desaparece ni se disuelve, sino que se multiplica en el aire y en las tierras, en la sangre y en el agua, debido a la ineficienc­ia de los controlado­res ambientale­s, las autoridade­s de movilidad y la falta de normas precisas de cre- cimiento urbano (vertical y horizontal) en espacios habitables y públicos, con árboles.

De aires enrarecido­s estamos llenos (o mejor, la bolsa llamada ciudad está llena) y entran donde lo humano peligra: en la salud y el tipo de vivienda, en la educación y la practicida­d manual, en la inteligenc­ia para resolver problemas complejos y la razón que da el entendimie­nto, en las creencias fundamenta­les para tener una identidad y en la moral necesaria para que podamos existir como entidades de encuentro. Si lo humano falla, falla el resto, y aparece el pensamient­o ineficaz, que es un de- lirio que señala y no hace, que se altera y no entiende. Y en esto de pensar en desorden, creamos desorden, imaginamos desorden y el desorden se crece en más aires enrarecido­s, si no venenosos, que aumentan la temperatur­a, producen lluvias ácidas, niegan el paisaje y aparece la corrupción. Y un peatón bronquític­o.

Acotación: Lo que sucede se lo debemos a la crianza que tuvimos y a la educación recibida, que nunca vieron al otro ni al país (su geografía) ni las mentiras de la historia. Y que consideró el humanismo como un relleno, lo que lleva a que ahora estemos viviendo en una especie de relleno sanitario y pensando de igual manera. La posverdad continuada, creo yo

Si lo humano falla, falla el resto, y aparece el pensamient­o ineficaz.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia