LA NATURALEZA CONTRATACA
Cada año, se incrementa el número de árboles o hectáreas que se talan en Colombia. En su mayoría son ilegales y por otro lado, se tumban para poder tener un terreno donde construir fábricas, centros comerciales, empresas o hasta urbanizaciones. Sin embargo, no se planta el mismo número de árboles que son talados, generando así calentamiento global e incluso, desequilibrio en el planeta como está sucediendo actualmente.
Somos bipolares; porque en la mañana nos quejamos del calor que está haciendo y en la noche nos quejamos del aguacero que se largó. Al otro día, vuelve y juega: pasa el calor y luego el frio, y “del mis- mo modo en el sentido contrario” –como diría nuestra exseñorita Antioquia. Adicional, vemos en las noticias que hay sequías, luego, que hay derrumbes e inundaciones y, después de un tiempo, hacemos como si no pasara nada.
Según cifras del Ideam, la temperatura en algunas ciudades de Colombia ha aumentado debido a que no se está eliminando el dióxido de carbono en la atmósfera –lo cual hacen los árboles-. Qué ironía, somos nosotros los seres humanos quienes necesitamos de la naturaleza para poder sobrevivir y somos los mismos que la dañamos porque hay una ignorancia de lo que hacemos a diario.
Con estos cambios climáticos, colapsan los páramos y nevados -de donde se saca más del 70 % de agua en Colombia-, vienen más enfermedades e incluso, los cultivos se ven afectados. Si la naturaleza colapsa, nosotros también; porque no podemos sobrevivir sin ella. Sin embargo, añadimos más problemas como la contaminación -porque para com- prar carro sí hay gente además de que cualquiera con contrato de trabajo lo puede hacer. Pero, ¿qué tal si lo utilizamos como transporte colectivo?
Por ello, deberíamos fomentar una cultura que ayude al cambio del medio ambiente –y aquí, todas las ideas son válidas-, solo falta tomar la iniciativa que puede ir desde montar en bicicleta, como en Holanda, hasta generar más energía eólica * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
Si la naturaleza colapsa, nosotros también, porque no podemos sobrevivir sin ella.