El Colombiano

El ideal es que los albergues no existan

- ÁLVARO MÚNERA BUILES Bancada Animalista del Concejo de Medellín

Un albergue se debe montar un tiempo después de haber hecho programas masivos de esteriliza­ciones, porque sin ese paso previo no se hace nada. Un ejemplo: el gobernador de Bolívar quería montar un albergue en Cartagena, pero ¿para qué un albergue para mil animales cuando hay 300 mil en la calle? Cuando La Perla se abrió había más de 4 mil perros en la calle y ahora hay menos de mil, porque acá el albergue va acompañado de un programa de esteriliza­ciones. Hay que decir que con el presupuest­o, vamos a llegar en Medellín a las 24 mil esteriliza­ciones y 6 mil que nos aporta el Área Metropolit­ana, serán 30 mil al año. Cuando la población callejera está controlada, el albergue tiene sentido. En Envigado se creó una figura público privada y el albergue está en excelentes condicione­s con la Fundación Amigo Fiel. Itagüí resolvió el problema contratand­o al CES para que le tenga los animales en El Escobero y el nuevo albergue de Caldas tiene todos los requisitos para prestar un buen servicio. En Girardota, valoro el esfuerzo de la Alcaldía en La Rinconada, pero los animales no están bien protegidos del frío y la lluvia, porque como La Rinconada no está todavía en extinción de dominio, no pueden invertir en las instalacio­nes, pues pueden perder la inversión. Pero hay que decir que los albergues no pueden convertirs­e en focos de abandono; que sean solo para animales con politrauma­tismos, enfermos y en máximo estado de abandono. Si se abre protocolo para todo tipo de animales, se estimula que los irresponsa­bles los dejen amarrados en las afueras. Esto les pasa a los privados y los públicos. La gente ve el albergue como la salida fácil para deshacerse de su animal. Yo me sueño una ciudad sin albergues, porque eso indica que hay una sociedad educada en el respeto y la tenencia responsabl­e de los animales.

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