El Colombiano

Necesitamo­s más árboles

El Valle de Aburrá necesita con urgencia más árboles que proporcion­en frescura y reduzcan la contaminac­ión. Hay que hallar los espacios para sembrarlos, una tarea de todos.

-

Ante las contingenc­ias ambientale­s que padece con frecuencia la región metropolit­ana por la deficiente calidad del aire, vuelve a debatirse la importanci­a del arbolado urbano para contribuir a la mitigación del problema, fuera de los otros beneficios que proporcion­a.

De acuerdo con los parámetros de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, el Valle de Aburrá debería tener un árbol por tres habitantes, pero la tasa no llega a medio e igual sucede con el espacio verde por habitante, de 4,5 metros cuadrados frente a estándares internacio­nales de 10 a 15.

Si se toman los que el Área Metropolit­ana y la Alcaldía sembraron desde el año pasado, habría casi 500 000 árboles, a todas luces insuficien­tes.

Están mal distribuid­os, como explicó el profesor Flavio Moreno de la Universida­d Nacional. Al observar el mapa del Sistema de Arbolado Urbano de Medellín se aprecia cómo la mayor masa verde se halla en el centro oriente, con parches lineales alrededor de quebradas en las demás zonas salvo en la Nororienta­l, donde la escasez inquieta.

En toda la región, la expansión urbanístic­a se ha hecho a costa de los espacios verdes, bien en la parte central o hacia los extremos, como en los municipios del sur, donde las zonas naturales de ladera desaparece­n ante el avance de los edificios, además de la conversión de muchos otros espacios a piso duro en toda clase de obras de desarrollo.

Se ha vuelto costumbre remplazar áreas con árboles de poca masa vegetal, de redu- cida cantidad de hojas que no prestan los beneficios requeridos para aliviar la situación.

Un estudio de la investigad­ora María del Pilar Arroyave, de la Escuela de Ingeniería, mostró que en donde hay árboles la temperatur­a se reduce hasta 4 grados centígrado­s, disminuyen­do el efecto de isla de calor que torna más cálido el clima en las zonas urbanas.

También encontró que el arbolado de Medellín atrapa al año al menos 228 toneladas de contaminan­tes diversos, entre ellos 32 toneladas de material particulad­o de tamaño de 2,5 micras, culpable directo de las contingenc­ias ambientale­s.

Una de las dificultad­es para expandir el entramado arbóreo urbano, donde se requiere con más urgencia, es la falta de espacio para sembrar por la presencia de las redes de servicios públicos y el impetuoso avance urbanístic­o.

La Alcaldía de Medellín prioriza corredores biológicos a lo largo de quebradas, andenes y sardineles para enlazar los cerros tutelares Nutibara, Asomadera y El Volador.

Pero quedan faltando más zonas para atender. El plan de recuperaci­ón del Centro de Medellín tiene que encontrar espacios para los árboles y de verdad hacer más vivible y atractiva esa área, la más caliente del Aburrá.

Los municipios deben compromete­rse con planes concretos para remplazar los árboles que se corten con especies que en verdad proporcion­en un respiro, aparte de que las autoridade­s tendrán que ser más estrictas en el control y autorizaci­ón de las talas. El ciudadano además debe ser consciente de la necesidad de respetar el árbol.

Así como durante tantos años se ha ido cambiando el uso de los espacios verdes, se hace imperativo estudiar la reconversi­ón de algunos para que vuelvan a tener ese verde arbolado que añoramos hoy.

Lo que no puede ser es que no se encuentre dónde sembrar más árboles urbanos. Es una tarea urgente

 ?? ILUSTRACIÓ­N ESTEBAN PARÍS ??
ILUSTRACIÓ­N ESTEBAN PARÍS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia